FARFADET: El beso

POR: Abelardo Bautista Gómez

Dos círculos entrelazados toman forma de tus labios, tus dientes son dos pétalos marchitos de rosa que muerden mi boca con tanta rigidez que los Campos Elíseos exigen su presencia en el centro de ellos para ser venerados por todo mi ser.

Tu mirada se acerca lentamente a mí, tu éxtasis lo dejo oler con el sudor que emanan los poros de tus mejillas chocando con las mías, haciendo un tributo a una obra shakesperiana -de cuyo nombre no me acuerdo- por el satírico toque de tu lengua, ese beso es entonces el nirvana que trasciende todos los límites que la piel puede tener.

Trasciende incluso la razón que ahora está entusiasmada en un orgasmo que hace correr neblina dentro de mi mente, en la que estás presente, sentada en un trono, con la mirada fija en mis actos, contemplando mi éxtasis, mi goce, mi beso.