Primero fue Ecuador, después Venezuela y, ahora, Honduras que probaron las "delicias" de un golpe de Estado auspiciado por las fuerzas retardatarias que, sumando dinero y armas, optan por violentar Legalidad y Legitimidad a cambio de mayores concesiones privilegiadas a quienes solapen esta estrategia de espaldas al pueblo.
En el mediano caso, Ecuador y Venezuela cayeron en manos de regímenes declarados al extremo absurdo y la persecución de opciones distintas de progreso material, elevando el fracaso de fórmulas ultra populistas a ejemplos de exportación en donde les den oportunidad.
La crisis de Honduras no tendrá un final feliz y, considerando la firmeza de los países amigos, en especial de los Estados Unidos, probará el vacío de poder continental que facilita el debilitamiento de la normatividad y las instituciones democráticas.
El fantasma del ejército despedazando civiles que se creía terminado, va tomando forma en ciertos círculos de poder internos y externos que ven en las naciones el botín a repartirse sin rendir cuentas a nadie. Es un hecho que la agitación social y la invitación a la sublevación en el centro y el sur de América están financiadas por capitales de dudosa procedencia y la certeza que el contrapeso estadounidense no ocurrirá por la coyuntura bélica extra continental que no ha resuelto.
El actual gobierno asentado en la Casa Blanca aún no define claramente el objetivo general de su política exterior global y menos la de su zona de influencia. Cierta pasividad del presidente Obama envalentona al menos pintado que no sólo desea poder, sino un feudo sobre diseño.
Que Honduras no vaya siendo la regla y al rato la región regrese a los "años dorados" de las desapariciones, los asesinatos masivos y la represión psicológica.
México, que alguna vez tuvo la autoridad moral para poner orden y ejemplo jurídico, también está perdido en el limbo de una guerra interna que tiene perdida y que, no obstante, centraliza toda decisión gubernamental. Por ende, esperamos la tibia declaración y no meterse en nada.
La tentación a la voluntad absoluta es fuerte y es un aliciente a desnudar las peores reacciones del hombre.
Los DODOS deploramos cualquier forma de arbitrariedad y exigimos a la Sociedad Internacional, incluyendo a los mexicanos, hacer lo que competa para sacar de las calles de Honduras a los tanques militares.
El ÚLTIMO DE LOS DODOS
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