Reza un antigua máxima de los Dodos que quien se rodea de ellos, tarde que temprano, acabará mimetizándose en un ave similar de impredecible y encantadora conducta. A lo largo de estos meses, hemos recibido informes de varias mutaciones humanas a Dodo, es decir, que asumen las particularidades y excentricidades de los susodichos avechuchos que se han vuelto un dolor de cabeza para sus eternos depredadores: la ignorancia y la injusticia. Esperamos que la tendencia vaya a la alza, pues, de lo contrario, se corre el riesgo de que a la humanidad se la lleve el Dodajo.
PD: Si quiere saber más de lo que es ser Dodo, abre nuestro perfil y lee el Manifiesto Dodo que especifica los mínimos indispensables para entrar al club.
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