Antes de lo esperado, la Organización Mundial de la Salud anunció que la propagación del virus de la influenza en el planeta entró a la fase de pandemia, y el Presidente de México, Felipe Calderón, citó con carácter de urgencia a los Secretarios de Estado responsables de la prevención y la seguridad social, no vaya siendo que el incremento de contagios en cuatro entidades de la República (Tabasco, Veracruz, Guerrero y Yucatán) se haga tendencia y al rato estemos en la emergencia que por decreto, el Poder Ejecutivo Federal y el Gobierno del Distrito Federal, dieron por agua pasada.
Lo apuntamos pero no hicieron caso: los virus no entienden de componendas políticas.
Respetando la pauta propagandística de Manuel López Obrador, del “hubiera”, nos preguntamos por qué precisamente a unas semanas de las elecciones intermedias en la que se ve bastante desdibujado, el tabasqueño anuncia que hará públicas pruebas “irrefutables” de posibles escándalos políticos capaces de modificar el rumbo de la simpatía ciudadana, no vaya saliendo con algunas confesiones estilo Carlos Ahumada que más que preocupar, generaron la burla hasta de los acusados. El “campeón” de los pobres no admite que se equivocó igual que otro icono de la izquierda chapucera Cuauhtémoc Cárdenas que en la decisión histórica de movilizar a los ciudadanos a la defensa del respeto a su voto, optó por pactar con el Diablo para convertirse en el eterno candidato presidencial y cubrir de murallas inexpugnables a Michoacán, el coto de poder familiar.
El “Peje” pudo cambiar la Historia, pero le faltaron tamaños y apostó por una revuelta ridícula con el argumento del presidente legítimo y el sentir de traición de parte los simpatizantes que estaban listos a cruzar, aun por la violencia, el cambió de poder.
El debate público del Partido Acción Nacional y el Partido de la Revolución Institucional es un hecho, a pesar que el Partido de la Revolución Democrática trata de colarse aunque sea de público; detalle que anticipa una modalidad bipartidista extraña para el elector que se la jugará o por el conservadurismo ineficaz que está en el poder o la resurrección del mito marrullero por excelencia. La invocada tercera vía saldrá, en el mejor de los escenarios, de los mini partidos y el armatoste oxidado de las tribus macizas, que no marxistas.
Con el objetivo de darle a dos pájaros en el mismo tiro, el “calderonismo” continúa encarcelando a cuanto candidato a jefazo del crimen organizado detecta, y no tenemos un día en que alguien ligado a la cúpula de crimen organizado sea puesto en “chirona”, y que el panismo aproveche para extender la presencia presidencial como refuerzo de la propaganda, que desde que se supo que era fusilada, perdió la duda y redujo al blanquiazul a una asociación grilla de poca monta, cacahuatera y fraudulenta.
Y en otro orden de miedito, el AXN FILM FESTIVAL 2009 designó como jurados para premiar el Mejor Corto Metraje de América Latina a los “monstruos” sagrados del “cinetitititito” mexicano el carismático Gael García que actúa como protagonista de telenovelas con aspiraciones, es decir, de la fruta, y el “camaleónico” Diego Luna, que en todas sus películas acaba haciendo el papel de creativo publicitario mediocre: pandroso, nervioso y adicto; pero que se han sabido utilizar las relaciones públicas para hacer de sus limitaciones monumentales, las virtudes que demanda una industria que en verdad nadie entiende. Dios bendiga lo que seleccionen.
Y no falta las almas ingenuas que comparan a la Selección Nacional de España con la de México, asegurando que el ejemplo de los peninsulares debería de estimular a los autóctonos a superarse, olvidando las abismales circunstancia externas e internas que hacen que a los mexicanos efectivamente les vaya de la patada en eso del balón. Honestamente no se vislumbra por dónde mientras la Federación Mexicana de Fútbol persista, como el gobierno y los partidos, en aferrase a delirios que no tienen sustento en la realidad.
Soñar no cuesta, vivir, y hacerlo bien, es otra cosa.
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