Los grillos están de capa caída. Por más que le meten al desfiguro y a los gritos y sombrerazos, la caballada está flaca, muy flaca y los notables ya perjudican con su presencia.
El mentado debate público entre el Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional no se pudo llevar a cabo, entre otras cosas, porque no garantizan audiencia y miren que iban a montar la lucha libre doña Beatriz Paredes y el mandado Germán Martínez, sin embargo, las televisoras sacaran cálculos y definieron que una vieja película mexicana de los Hermanos Almada o un informercial para enderezar jorobados atraía mejores números que los líderes del hueco bipartidismo autóctono.
Después del osote del Peje, el Partido de la Revolución Democrática pone distancias e invitan al susodicho que se ande apareciendo en lugares impropios y que se deje de propuestas aventuradas que nadie le ha pedido; que se ve bonito callado y que se dedique en exclusiva a hundir los minipartidos que comanda.
La cosas de las elecciones van tan mal que ni el Instituto Federal Electoral hace mucho por llamar la atención de los involucrados y han dejado que cada funcionario electoral haga lo que considere y no apresure el tiempo que no desean avizorar. La crisis política es superior a la económica que ya es decir. Al ciudadano le vale monumentalmente “grillo”, el derecho a votar y los resultados. A su juicio, es un botón brillante del despilfarro del Estado en una actividad que ha demostrado una ineficacia absoluta. Con los millones tirados, piensa, se podrían enmendar algunas necesidades básicas de la población y no alentar a la bola de parásitos que le entran al exhibicionismo por dinero y por poder.
Sacando cuentas y jugándole al alquimista electoral, las cámaras se llenarán exactamente de quienes deben llenarlas, voten o no voten las personas. Suponer que la anulación de votos o, de plano, no votar detendrá los pasajes al Congreso es jugarle al bembo. En esta tierra de tranzas y corruptelas, el manoseo de la legalidad es cosa fácil. Basta con recibir línea de “muy arriba” para que el sistema funcione o se caiga.
Por ende, recomendamos a los “defensores de la patria” que ya no se apliquen tanto y que esperen su nombramiento con las manos cruzadas y dejen a la ciudadanía ocuparse de los destinos reales de su familia, trabajo y entorno. Ustedes, grillos de novena, son invitados de piedra.
Y a ver, autoridades en general, si nos permiten continuar con lo que nos es verdaderamente importante, sin ponernos en el fuego cruzado por territorios fortunas que sólo a ustedes involucra. Es repugnante saber día a día como funcionarios y elementos de las fuerzas de seguridad son atrapados en las manos dentro de la masa y que hagan creer que están haciendo justicia. Una justicia real sería la renuncia en montón de su gremio por ineptos, trácalas, cínicos, hipócritas, asesinos y rateros.
No están peleando contra la delincuencia, están enfrascados con su otra cabeza del monstruo institucional; no actúan por los niños y los jóvenes, se dedican a las pérdidas financieras de sus verdaderos patrones.
Por cierto, activistas del voto duro, tampoco contribuyen a la democracia, se acomodan para ver qué les toca y qué se reparte en el próximo periodo; más que demócratas son cómplices del aniquilamiento estructural de su país, vendeconciencias.
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