No dude de las buenas intenciones del crimen organizado, además de su peculiar manera de ganarse la vida, gracias a la inteligente elección del Instituto Mexicano del Seguro Social, también velan, vía pago gubernamental y en guarderías ex profeso, a los hijos de la clase trabajadora, siguiendo la conducta ejemplar de varios grillos reprobables apuntados en la famosa lista de establecimientos subrogados en apoyo de este lindo país construido a punto de panazos.
Dios es justo y misericordioso. Vicente Fox y Marta Sahagún recibieron la bendición de la Iglesia para ser un matrimonio de los meros meros buenos, no de esos realizados en playas, jardines y lugares exóticos con escenografías carentes de la marca registrada del Vaticano Inc, y donde, por supuesto, la mano del Creador no está presente. Tal para cual, dice el refrán y lo constata la peculiar atracción de ese par de sinvergüenzas, torcidos y alcahuetes metidos en sus papeles de querubines dichosos. Y luego se preguntan la razón de la pérdida de la fe de los mexicanos.
Y metidos con El Vaticano no es posible omitir el encuentro del presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, y el Papa Benedicto XVI, a fin de discutir, no resolver, problemas de pobreza y aborto. Una charla en blanco y negro, de varias notas y poquísimos resultados.
A falta de recursos deportivos, el director técnico de la Selección Mexicana de Fútbol, Javier Aguirre, recurrió a un patín en salva sea la parte de un jugador panameño para demostrar agresividad en ese tristísimo calvario llamado Copa de Oro. La Decepción Nacional rebasa su record de fracaso y la Federación Mexicana, bien gracias. Eso sí, nos vamos a Sudáfrica representados o no.
Hugo Chávez, el paladín de las ¿dictaduras democráticas?, deplora la actitud de Hillary Clinton al promover el diálogo entre los presidentes de Honduras y el de Costa Rica a modo de hallar una solución no violenta a la situación del país centroamericano. El charlatán de cuarta desea trancazos y recuperar la lanita invertida en el apoyo moral a las fuerzas armadas hondureñas mediante el tráfico de armas, capacitadores y otros requisitos imprescindibles en el club del fracaso social, fundado por la antítesis política de Mickey Mouse. No se vale mano negra en el juego y ya comenzó la diatriba arriera habitual.
1,735.6 millones de pesos de gasto público del Distrito Federal costó el proceso electoral del pasado 5 de julio, según cálculos mediáticos. Esperamos recoger algún beneficio de tales centavitos tirados a la basura, pues, en corto, la circunstancia de la capital no augura cambios sustanciales. Las delegaciones en poder del Acción Nacional seguirán haciendo agosto con las licencias de construcción y despedazando la tranquilidad de colonos absurdos e hipnotizados en su lealtad al blanquiazul a costillas de su propia supervivencia. En las dominadas por el Sol Azteca tendremos más de lo mismo y el crujir de la megalópolis nomás se oye recio.
A cincuenta años de su muerte, José Vasconcelos, intelectual mexicano de altos vuelos, es recordado, omitiendo el triste papel desempeñado en los movimientos políticos posrevolucionario de resistencia civil, dibujándolo en la grandeza religiosa, filosófica y demás disciplinas exploradas inteligentemente. Por desgracia, pocos evocan, la persecución y el asesinato de sus partidarios cuando ¿comprendió? la necesidad de marcharse de México, dejando a la perrada en el estoque. ¿No les suena conocida la estrategia? ¿No es la misma usada por los campeones de la justicia ramplona, llamados por los lambiscones “figuras históricas” de la Democracia?
Francia insiste a México en cuidarle a la supuesta francesa secuestradora, no se le vaya yendo, dentro de las comunes fugas masivas orquestadas tan del gusto del calderonismo. La Patria agradece el gesto y la preocupación, además de las garantías de los galos para traer cuando se requiera a su ciudadana, pero segura y amarrada, Cassez se habituará al trato cinco estrellas de los penales mexicanos.
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