A Josefina Reyes Salazar, luchadora social del Valle de Juárez, la asesinaron por defender una causa legal y legítima: saber el paradero de su hijo Miguel Ángel Reyes, desaparecido durante las operaciones efectuadas por el Ejército Mexicano en Ciudad Juárez.
Alguien le molestó el ruido que generaba el reclamo de esta mujer y decidió eliminarla, como si una bala fuera suficiente para neutralizar a un pueblo al que le hierve la sangre por tanto atropello y tanta impunidad.
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