lunes, 11 de enero de 2010

ASUNTOS EXTRANJEROS: CHÁVEZASO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

En varias ocasiones, los DODOS hemos comentado negativamente los excesos de poder ocurridos en Venezuela, a causa de la dictadura de Hugo Chávez, ya sea por cuestiones elementales de democracia, ya por andar financiando grupos y movimientos desestabilizadores en Centro y Sudamérica, en una cruel parodia del modelo de generación de conflictos típico de la Guerra Fría.

Hoy, lunes 11 de enero de 2010, Venezuela tiene un nuevo tipo de cambio de 2.6 bolívares por dólar para el sustento popular y un “dólar petrolero” de 4.3 bolívares para sectores no prioritarios o superfluos.

Desde 2005, el único tipo de cambio era de 2.15 bolívares por dólar, sin embargo, ante las constantes emergencias políticas, el mercado negro rebasaba este indicador alcanzando hasta los 7 bolívares por la divisa verde.

Repetitivo hasta el cansancio, Chávez anunció la medida durante la noche del viernes pasado, sin que el grueso de la población fuera enterada, exagerando que la decisión traerá beneficios directos a la economía y a la gente común.

Este fin de semana, las tiendas del país se vieron rebasadas por multitudes que compraban mercancías, consideradas de lujo por el gobierno, pero indispensables en el día a día de los ciudadanos.

Electrodomésticos, equipos de cómputo y accesorios volaron de los almacenes antes del alza de los precios.

Según, Chávez se harán los movimientos monetarios pertinentes para evitar un descontrol, en tanto la paridad cambiaria se normaliza y el consumo regresa al cauce natural.

Para los venezolanos, la adecuación de la tasa de cambio significa una pérdida de la mitad de su salario y una reducción fuerte a las condiciones de vida promedio.

Los analistas advierten que, a pesar de toda la propaganda gubernamental, la medida repercutirá en forma adversa en la popularidad y la credibilidad del generalote. No obstante, conociendo las suaves maneras de acallar a la oposición, es posible un endurecimiento mayor para aquietar las voces de la disidencia.

En una simple lectura económica, el ajuste de cambio desatará una ola de inflación, contracción del poder de compra, desempleo y pobreza. Sin embargo, el gobierno conseguirá recursos por la trillada vía del sacrificio de las clases medias y altas que tendrán que adaptarse en el auge de la temporada de las vacas flacas.

Esto no significa de manera alguna, que Hugo Chávez moverá la política interior y las relaciones internacionales turbulentas de Venezuela. Al contrario, parece que el proyecto de meter cizaña y alborotar al gallinero al alcance de Chávez es la única alternativa viable para espantar a los bobos y ganarse los aplausos de los resentidos eternos por el “imperialismo”.

El país que se jactaba de capotear hábilmente la crisis capitalista mundial, ahora suma a la inflación más alta del continente, la furia de sus pobladores por la determinación arbitraria de un tirano que desea pasar a la Historia, aun enterrando a la patria.

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