lunes, 23 de noviembre de 2009

MALA LECHE: ¿HUBIERON TRES REVOLUCIONES MEXICANAS EN 1910?

Tan pronto como a los DODOS se nos ocurren buenas ideas, algún infiltrado va y se las ofrece a los funcionarios públicos como originales.

Recuerdan que de un tiempo a la fecha, los DODOS estamos trabajando en la convocatoria al despertar ciudadano y a la lucha por los derechos y los deberes de la gente común, pues, resulta que con motivo de los 99 años de haberse iniciado el levantamiento popular, mal llamado “Revolución” por los resultados que tuvo, primero se armó un jaleo por el mentado puente que el Congreso se auto prolongó hasta mañana; después, el desfile de las fuerzas armadas, terminó en mi parada militar, no el día 20 de Noviembre, sino el 21; y no hubo un único desfile, como dicta la tradición de los gobiernos priístas, sino tres: uno del gobierno federal, otro del gobierno de la Ciudad de México, y otro, sin soldados uniformados pero con visos de fuerzas vivas, del presidente “legítimo”, la mañana de ayer. En todos se recordó el origen del Estado actual y las clásicas expropiaciones de las peticiones en boga de la ciudadanía. Hasta aquí, todos contentos y felices.

Pero, los DODOS detectamos varias movidas sospechosas:

Si no mal recuerdan, Vicente Fox, en sus delirios de emperador guanajuatense en Los Pinos, decidió eliminar el desfile del 20 de noviembre por considerarlo anticuado para la transición democrática. Después, Calderón va y lo saca de la gaveta del olvido, y en este año, no tiene otra porque el Partido Revolucionario Institucional, dueño de la marca, es mayoría y no se vayan a ofender, por ende, hubo desfile y nada más faltaron loas al PRI, como en los “old good times”.

En plan de haber quién puede más, Marcelo Ebrard y los militantes de su causa, rápidamente implementaron otro desfile con lo que estaba a mano para recordarles a la Opinión Pública y a la Oposición Política en el Distrito Federal que aquí hay mando, liderazgo y esas sartas de lecturas que tanto gustan a las columnas políticas y a los académicos.

Andrés Manuel, el Peje, en su cuento, se metió al Zócalo para informar de su tercer año de gobierno y jalar las luces revolucionarias; total para todos alcanza.

La suma de estos eventos sólo indica una cosa: la clase política no comprendió el mensaje. Efectivamente, el México actual está enraizado en su propio devenir histórico, sin embargo, el país de HOY está demandando soluciones a los problemas del presente y no es con fiestas forzadas, a cuentas del erario, como se van a resolver.

Para muestra basta un botón: desde el jueves pasado, las fuerzas de seguridad federales y locales convirtieron el Centro Histórico de la Ciudad de México en la zona más segura del territorio nacional. La presencia de los elementos uniformados y disfrazados de civiles se dejo sentir como en 1968. Rondas, vehículos, ordenes y ansiedad moldeaba el ambiente. Existía el temor de un atentado o una serie de estos como en otras plazas al interior del País. Lo que demostró el peligro real de que la violencia, atizada por Calderón, está penetrando el centro político de la Nación. Por supuesto, los medios informaron los habituales cortos a la circulación y las notas de relleno, sin embargo, bastaba caminar por esas calles amadas en busca de la confirmación.

Como les dio la gana, las bandas políticas organizaron y presentaron tres versiones distintas del mismo hecho, teniendo un vínculo en común: la negación del punto de quiebre en que han puesto a nuestro México.

Por estos malabares grillos, pasó la noticia de la llegada de cuerpos militares de elite a Ciudad Juárez que está convertida en una zona de guerra sin cifras, información fidedigna y libertad. La muerte y la violencia campean en su traza y el Presidente insiste en reducirla a cero, valiéndole la suerte de la población civil e inocente.

En otro boletín deshecho, las organizaciones no gubernamentales dedicadas a la defensa de las garantías reconocen el riesgo mortal que corren por denunciar abusos.

A la ligera se ha tomado el anuncio mundial de una mutación agresiva del virus de la influenza AH1 N1, la Secretaría de Salud destaca por su ausencia y otras dependencias burocráticas consignan una alarma sin fundamentos mientras las mentadas vacunas se aplican a cuenta gotas, excepto en las instancias oficiales donde el personal sí se ha vacunado, y no se diga a los próceres del fracaso que hasta en el extranjero han cuidado de sus cuerpecitos.

Y una última burla, después que en la semana pasada Calderón recibió un tsunami de críticas por la política económica y el desestímulo al empleo, la Presidencia decidió activar un programa de empleo que consiste en una flota de automóviles publicitando este mensaje: “¿Buscas empleo? Llama al Servicio Nacional de Empleo”. Las llamadas saturarán las líneas empero, como lo expresa el anuncio, no hay garantías de nada, puro atolito con el dedo.

Aquí le paramos y que siga la mata dando. En definitiva: la Revolución de 1910, no es la que estamos necesitando en 2009, y en algo, por primera vez coincidimos los DODOS con el Presidente, el próximo año será de cambio, lo que no sabemos es si le va a gustar.

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