martes, 10 de noviembre de 2009

AD: A DON EULALIO FERRER


Por.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Por instrucciones del Director de Revista de Revistas de Excélsior, Don Enrique Loubet jr., y a propósito del cumplimiento del cincuentenario de la llegada de los primeros refugiados del exilio español a México, tuve la oportunidad de entrevistar a Don Eulalio Ferrer, a quien ya conocía a través de su amplia obra bibliográfica y de su enorme interés por difundir el español a través de la prosa de Don Miguel de Cervantes Saavedra.

Hombre de palabra lúcida y de una sencillez inconcebible, comparada con otros profesionales menores de la industria publicitaria de cualquier tiempo, Don Eulalio me regaló una conversación sobre la España de la Guerra Civil que aun guardó en la memoria y unos ejemplares de sus libros autografiados que honran mi biblioteca.

A mi juicio, Don Eulalio es uno de los pocos teóricos de la publicidad que ha dado México con reconocimiento intelectual mundial. Se escribe fácil pero lograrlo, especialmente en estos días donde priva la incultura monumental, la soberbia en crudo y una limitación creativa mediocre, es casi imposible y no veo a un sucesor digno de Don Eulalio.

En esa charla, Don Eulalio, refirió la anécdota legendaria del intercambio que le hizo a un miliciano, en un campo de concentración francés, de un paquete de cigarros por un libro de Don Quijote de la Mancha y cómo la lectura de ese clásico, en circunstancias poco amables, le dio consuelo y le movió a imponerse una tarea para toda la vida: la defensa del idioma español.

Llegó a México en 1941, y con su familia, se estableció en la Ciudad de Oaxaca, donde recitó a Federico García Lorca y a Antonio Machado para ganarse el sustento, posteriormente se moverían a la Ciudad de México.

Fundador de la revista Mercurio, pudo ingresar a la comunicación y a la publicidad, construyendo una trayectoria verdaderamente ejemplar en dos disciplinas poco respetadas en la época.

A él debemos el concepto de Comunicología, válido en el resto del mundo, y de una serie de interpretaciones esenciales del proceso publicitario, a partir de la experiencia mexicana, que hoy los nacionales involucrados en estos menesteres desconocen.

Con las ganancias económicas del triunfo pudo comprar y atesorar una cantidad impresionante de pinturas, esculturas y más de mil trescientos volúmenes del Quijote, guardados en su casa de la Ciudad de Guanajuato.

En 1949, el Estado Mexicano le otorgó a Don Eulalio la Nacionalidad.

Siempre dispuesto a comprometerse con proyectos académicos, culturales y artísticos de altos vuelos, Don Eulalio corrió apoyos definitivos para la integración de Iberoamérica.

Entre estos, podemos, mencionar el patrocinio permanente a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo para otorgar año con año el premio del mismo nombre.

Tuvo participación activa en la Fundación Cervantina de México, la Academia Mexicana de las Artes y las Ciencias de la Comunicación, y la Academia Mexicana de la Lengua.

En el extranjero perteneció a la Real Academia Española y a la Academia Norteamericana de la Lengua.

Por sus gestiones argumentadas, Don Eulalio Ferrer, logró que el Diccionario de la Real Academia aceptara como verbo “Cantinflear” (hablar de forma disparatada e incongruente sin decir nada) como un homenaje a la habilidad lingüística de Don Mario Moreno “Cantinflas”, el cómico de México.

Sería imposible enumerar los premios y los honores recibidos por el publicista mexicano – español, no obstante, sería imperdonable omitir la Orden del Mérito Civil dada por el Rey de España en 1982 y el Premio Internacional de Publicidad 1988.

Don Eulalio Ferrer murió en la ciudad de México el 25 de marzo de 2009, a los 88 años de edad.

Del 10 al 14 de noviembre, durante las sesiones del XX Coloquio Internacional Cervantino, a celebrarse en la ciudad de Guanajuato, recibirá un homenaje la vida y los méritos de don Eulalio Ferrer.

La Fundación Cervantina de México, el Museo Iconográfico del Quijote y el Centro de Estudios Cervantinos (CEC), responsables del encuentro de pensadores, investigadores y escritores, tienen previsto también la presentación del libro México en mi corazón, concebido por el homenajeado como un tributo al país que acogió a los “trasterrados” ibéricos en las horas oscuras de la muerte de la República.

El Museo Iconográfico del Quijote guarda 850 esculturas, pinturas y artesanías relacionadas con el personaje creado por Cervantes y dos mil volúmenes (300 ediciones diversas del Quijote y mil setecientos libros de crítica al respecto en todos los idiomas) donados por don Eulalio Ferrer.

Don Eulalio, donde esté, gracias por esa tarde inolvidable en que sin temor a exagerar tuve la oportunidad de platicar con uno de los publicistas sagrados de México y un convencido de su deber con el pasado por que a pesar de los años, como usted me lo expuso, ciertos dolores no se van y necesitan liberarse en la pluma que siempre sobrevivirá a la espada.

1 comentario:

Héctor Márquez dijo...

Para abundar más en esta pieza, recomiendo ampliamente el último libro publicado por Don Eulalio (recientemente además), la novela "Háblame en español" que hace un relato muy enriquecedor del exilio español. El estilo que emplea es impecable y poseé tintes únicos de fábula en una historia que parte de la experiencia propia para alcanzar el romanticismo. Por otro lado si los lectores así lo desean, hay disponible una semblanza de Don Eulalio a manos de sus hijos que hace el programa publicitario "Status", lamentablemente ya no está en el sitio web del programa pero tenemos Quicktimes a disposición que se pueden compartir.