Por.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Como suele suceder, una alteración negativa en la economía y las finanzas de un país impone el uso de la creatividad de negocios, la planeación estratégica de emergencia y la tecnología al alcance para supervivencia de las empresas.
En los campos de la publicidad, la mercadotecnia y el diseño publicitario, la oferta de difusión de mensajes comerciales ha cambiado de medios unidireccionales: cuentas directas, vía pública, radio, prensa, televisión y medios gráficos, a bidireccionales: digitales, móviles, relaciones públicas y eventos; es decir, hoy es indispensable la respuesta inmediata en tiempo real de los consumidores a las campañas.
En este contexto, las redes sociales (espacios virtuales donde se aglutinan personas con intereses comunes perfectamente establecidos) se han convertido en lo no va más de las opciones de la industria de la comunicación social y de la exposición de anuncios.
Ahorrando esfuerzos a los estudios y las investigaciones de mercado, las redes sociales solas se van depurando, ofreciendo una segmentación “natural” de los usuarios y una oportunidad directa de negocio para los anunciantes.
MySpace, Facebook, Twitter, Flicker, Linkedin, Friendster o Xanga abarcan un mercado dinámico y de fácil accesibilidad mediante la web, los servicios de mensajes y celulares.
Sin embargo, es la generación de tecnología específica la que va haciendo la diferencia entre las opciones, los usuarios y las empresas.
El campo del marketing digital, en México, es casi virgen y es un imán poderoso para hacer negocios a partir de aplicaciones tecnológicas adecuadas y novedosas.
La afinidad entre los participantes de las redes sociales renueva la concepción de ciertos aspectos de los perfiles socioeconómicos tradicionales e introduce categorías inéditas en los esquemas habituales del medio. Aquí y ahora, el consumidor muestra gustos y disgustos a la comunidad que pertenece.
Facebook es, por el momento, la red social de mayor injerencia mundial con una relación de tres a uno con respecto a MySpace. Sin embargo, respeta la misma interpretación empresarial del resto de las redes. La tecnografía está superando a la demografía. La diferencia no es el conjunto complejo de factores de una clase social, sino el tipo de tecnología al alcance y, evidentemente, el uso que se le dé.
En teoría, las redes sociales son un fenómeno juvenil, pero la mitad de los usuarios rebasan los treinta y cinco años.
El reto de las agencias publicitarias está en explorar y dominar las redes sociales a modo de generar campañas baratas, eficaces y rentables para las firmas que las contratan.
Por el tipo de existencia actual, los medios de información tradicionales se van alejando del ímpetu de la velocidad de datos, en consecuencia, no tardarán en alcanzar el punto de quiebre en cuanto a sus tarifas publicitarias sólo al alcance de los monstruos corporativos.
El ingreso de adultos y adultos mayores a las redes sociales completa el panorama de una conectividad incuestionable. Voluntariamente, los consumidores se agrupan y vierten las experiencias que les interesan.
Para los negocios emergentes, las redes sociales son una oportunidad visionaria de tener un contacto directo y una retroalimentación instantánea con personas y no estadísticas.
Las marcas deben de voltear a la dimensión virtual e incursionar para no rezagarse de ese creciente foco de consumo.
No obstante, resulta decisivo para empresas y agencias conocer exactamente las entrañas de las redes sociales, evitando caer en la traducción literal de spots convencionales a un medio con sus propias reglas y protocolos.
El crecimiento de la publicidad en web es avasallador al compararse en tiempo y costo al de la publicidad general.
Los responsables de los avances tecnológicos en computación se han impuesto rebasar la frontera virtual e ingresar un software que permita la experiencia genuina del usuario en una realidad aumentada, en otras palabras, acceder a nuestro mundo a través de mecanismos virtuales que acorten distancias y temporalidad exactamente como las formas de comunicación soñadas en la serie de la guerra de las galaxias.
El futuro no ha alcanzado y no hay vuelta atrás.
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