Por.- Ana Laura Domínguez Espinosa
Desde hace aproximadamente un mes ha comenzado una guerra espectacular en las calles de la Ciudad de México. Al estilo de la guerra de las colas, la librería Zaratustra (de reciente llegada a México, Guadalajara, León y Querétaro) ha iniciado hostilidades en contra de las librerías Gandhi, acciones que, a mi punto de vista, más que fomentar la lectura entre la población, producen resquemor, dudas y ponen en tela de juicio la “seriedad” y buena lid de Zaratustra.
Las carteleras (espectaculares) que antes tenía Gandhi en las principales avenidas de la Ciudad de México como Patriotismo, Revolución, Viaducto, entre otras, ahora las tiene librerías Zaratustra. Eso no es nuevo, cuando se acaban los contratos de renta, por un segundo y unos cuantos pesos más, se le pueden rentar a otro cliente. Cuando comenzaron a aparecer estos espectaculares, yo tenía mis dudas. Pensaba que se trataba de la misma Gandhi, ya que la tónica de los mensajes es muy similar. “Somos una librería seria. No como Gandhi. Payasos”. Palabras más, palabras menos, son algunos de los textos que maneja Zaratustra, insisto, muy al estilo de la otra librería.
Pero resulta que librerías Zaratustra sí existe en México. Su Director Comercial, también Director de Mercadotecnia, Presidente y Dueño de la librería (o sea el todologo de la misma), el Lic. Martínez (así, a secas y sin nombre), nos dice en unos videos cuál es la filosofía de su librería: “nuestra mecánica es sencilla pero efectiva… acabar con Gandhi”. O una mejor, que denota la vasta cultura y amplio vocabulario con el que cuenta el flamante y fino presidente de Zaratustra: “nuestra filosofía es mandar a los boludos de librerías Gandhi a la mierda… porque son unos putos”. ¡Auch! por lo de boludos, parece ser que este personaje es argentino y en todo caso el boludo es él, ya que se necesita tener “tamaños” para dirigirse a los lectores de esa manera.
Como publicista, quisiera hacer mención de algo muy simple: las estrategias mercadológicas y/o publicitarias agresivas contra los competidores, no tienen por qué caer en la vulgaridad y mala competencia. Eso no vende. Hay que saber darle su justo valor y significado a las palabras “campaña agresiva”. Una campaña agresiva puede ser aquella que logre un fuerte alcance y penetración, gracias a su gran cobertura de medios (radio, tv, prensa, espectaculares, publicidad directa) y con muchas repeticiones e inserciones; o aquella con mensajes fuerte dirigidos directamente al espectador, pero que sean convincentes, prometedores y vendedores. Ésta es una campaña “agresiva” no sólo contra Gandhi, sino contra la población en general.
Los invito cordialmente a que vean los videos del Lic. Martínez en youtube o en la página de la librería http://libreriaszaratustra.com. En estos videos verán como el chistosito es él, ya que pone en escena una muy mala parodia de Armando Hoyos y amedrenta a los espectadores con una serie de ademanes ofensivos al estilo Don Cucufato, pero en vez de darnos de bastonazos, nos avienta los libros.
El bienhablado señor también argumenta que “Dios no premia a los chistositos, a los que se ríen de la literatura…” me pregunto entonces si creerá que Dios premia a los vulgares, groseros y lenguaraces como él. Pareciera que el dueño de la librería no ha leído mucho que digamos, ya su lenguaje es bastante escaso.
Tomemos en cuenta que hay productos que ya se venden solos, como los refrescos de cola y las frituras. Las campañas publicitarias de este tipo de cosas, más que atacarse los unos a los otros, nos manejan mensajes enfocados en las propiedades y bondades del producto: su sabor, el estatus que da tomar una marca u otra y las promociones y/o regalos que te pueden dar. Ya no se trata de que Pepsi acabe con Coca o viceversa. El sol sale para todos. Todos venden. El mercado es inmenso.
Cuando hablamos de un producto cultural, en este caso los libros, no veo razón alguna para “exterminar” a los competidores, para tratar de llevarlos a la quiebra (cosa que dudo mucho que se logre después de escuchar los mensajes del Lic. Martínez).
Lo que el país entero necesita es una verdadera campaña de Fomento a la Lectura, no una serie de palabras soeces y sin sentido para intentar desprestigiar a las librerías que están en sana competencia.
No importa donde compres el libro, inclusive a la salida del metro Balderas venden unos muy buenos y económicos. Lo importante es leer, cultivarse y viajar a través de las letras.
El Lic. Martínez deberá de cambiar la estrategia si quiere captar algo de mercado. Las malas palabras no son algo con lo que comulgamos los amantes de la literatura.
Dios nos ampare con este tipo de “presidentes-dueños” de las librerías. El profeta iraní Zaratustra caería muerto al escuchar a este señor.
¿En manos de quién está la cultura?
3 comentarios:
Comprendo. Me parece que no tiene idea de lo que está haciendo y efectivamente, dudo que logre resultados positivos.
Saludos,
Frank
Estoy viendo el video y es una bacilada, jajaja, creo que es algo muy raro y es una tontería creo que ni siquiera hace falta tomar su esfuerzo en serio. En un breve tiempo será olvidado.
La fuerza de la campaña de Librerías Zaratustra está cobrando fuerza y con el mínimo esfuerzo, pasando desde su origen en los espectaculares (anteriormente de gandhi), hasta su pagina de internet en su libro de comentarios y todos los blogs que comentan la atrevida campaña.
Estoy convencido de que Zaratustra es una estrategia de Gandhi, sólo falta averiguar, cuál es la finalidad de esta campaña, empezando por los interesantes resultados que ha arrojado el libro de visitas que se colocó en el website de librerias Zaratustra.
Publicar un comentario