miércoles, 12 de agosto de 2009

A TÍTULO PERSONAL: ¿HACE FALTA EL PRESIDENTE?

Por: RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Tal y como reportó el Dodo Mexica, desde el túnel del tiempo, la seudo cumbre de Guadalajara resultó un espectáculo mágico, musical y hasta copia de “24” con arresto simultáneo de un supuesto magnicida entre los desfiguros de las cortes invitadas y las afirmaciones enloquecidas del anfitrión negando violaciones a los Derechos Humanos en su malgastada guerra contra el narcotráfico.

Al conocerle la medida, los presidentes de Canadá y Estados Unidos simplemente se aventaron unas horas, dorándole la píldora al mexicano y prometiendo el ensueño maravilloso oxigenado por sus aires de grandeza. Honestamente, América del Norte no se va a comprometer al fastidio de una administración vergonzosa y carente de lógica política y cuestionada por tirios y troyanos.

El país se podía ahorrar gastos suntuarios y meterse de lleno a ordenar la casa, en vez de hacerle caso a un burócrata tocando puertas donde no las abren. La cacareada agenda se convirtió en un cuadernito de una hoja y cero resoluciones, a no ser, un indecoroso borrador de un acuerdo migratorio apuntado al fracaso.

La lectura del tiempo político no es fuerte en Felipe Calderón y ahí están los resultados. Hubo bebida, comida, paseos y chistoretes; de lo sustancial una larga evasiva y una actitud comprensiva de los únicos gobernantes de la zona influyentes en el mundo. La política exterior mexicana actual está recogiendo lo sembrado: Honduras, la Organización de Estados Americanos, las Fronteras Norte y Sur, y el baño de sangre con cobertura periodística internacional en provincias crucificadas por el crimen organizado y las fuerzas de seguridad públicas.

Al pedir, cualquier se pregunta por la ganancia del otro. México pidió sobre ilusiones y resultados incompatibles con los datos de Canadá y los Estados Unidos. ¿Quién confiaría su casa a un Presidente cuyo partido, dirigido por un hombre de todas sus confianzas, acabó en la lona de unas elecciones intermedias no por la habilidad de la oposición, sino por la imbecilidad del funcionario, a quien ahora le busca cobijo en alguna dependencia como premio a su negligencia, y vuelve a repetir la fórmula de imponer a otro líder a su medida?

Con el reporte de la detención de un posible sicario, se pretendió darle color a un encuentro difícil de levantar y las reacciones fueron de discreta incredulidad. No se armó el borlote clásico de eso casos y los reporteros de la fuente lo tomaron a chunga, esperando la entrada agresiva de Jack Bauer soltando plomazos, o ya de perdis, “El pantera”.

En un balance corto, Calderón tenía la obligación de dar nota y agarró un clavo al rojo vivo al afirmar la inexistencia de atropellos a personas en sus garantías individuales, exactamente cuando un magistrado de la Suprema Corte de Justicia trata de conseguir el desafuero militar para juzgar civilmente a los responsables de tantas anomalías. Ni cómo cubrirlo.

Los bandazos internos y externos del calderonismo se van a pagar. No debe repetir esquemas fallidos y, sobre todo, improvisar en los múltiples discursos. Las naciones confían en la congruencia y no en el retorcimiento de medidas enrarecidas tocando los consensos tácitos de unidad continental.
Tampoco es válido culpar a “otros” de las propias meteduras de pata. Estados Unidos y Canadá no tiene obligaciones de buenos vecinos en tanto México no formalice un gobierno serio, funcional y dispuesto a un cambio radical de vicios. Por ende, ¿cuál es la utilidad de Estado de tener a Calderón de Presidente o a Juan de las Pitas?

1 comentario:

CRONICAS Insitu dijo...

esto me recuerda

http://www.youtube.com/watch?v=QCbpwd6EoRg