Por: EL DODO DJ
La prensa mundial ha dado de alaridos al saberse el probable retiro de los escenarios internacionales de James Paul McCartney al concluir una próxima gira de despedida para 2010, cuando el más exitoso de The Beatles vivos tenga cerca de setenta años.
El aviso le pone mucha publicidad gratuita al Tour Mundial y le irá agregando mayores expectativas en su avance. Los grandes promotores del espectáculo empiezan la puja por fechas y condiciones, misteriosamente coincidente con el relanzamiento en el próximo septiembre de TODA la discografía oficial del cuarteto de Liverpool, puesta al día en cuanto a fidelidad y calidad de las grabaciones y los agregados indispensables a gusto de los fanáticos.
Honestamente, conociendo cómo se las gasta Macas para eso del billete y considerando la pérdida de una parte relevante de su fortuna en un divorcio de risa loca, el zurdo divino debe asegurar su vejez; la real, y no la de los reflectores. Por eso anda metido en un sin fin de proyectos a modo de recuperar el derecho de sus canciones Beatle, en manos legales del fallecido Michael Jackson, y exprimir la nostalgia a la última gota. No en balde, después de las muertes de John Lennon y George Harrison, McCartney es el gran patrono de la iglesia sesentera.
Experto en el show bizz, Paul ha implementado una estrategia mercadológica a prueba de errores y por lo más alto, aun de Mick Jagger y compañía. El concepto de este viaje mágico y misterioso es aparecerse en donde menos sea posible un concierto de rock, amén de documentarlo en las formas comerciales concebibles. En papel, el plan avienta millones de dólares hasta por el aliento de la superestrella, sin contar agregados de último momento.
No sería extraño, la aparición de nuevas joyas de memorabilia en cada destino, sumando dígitos a la ganancia bruta del adiós.
Respetando los argumentos de la edad, los riesgos del viaje y el cansancio acumulado de darle a los instrumentos y la cantada, el viejo escarabajo y lobo de mar aventó la bomba y el termómetro, para ver por dónde masca la iguana y si el público es receptivo al “me les voy”.
Competitivo hasta el fin, dudo en un McCartney colgando los guantes a lo Rocky Balboa y viviendo del recuerdo. Al igual que la banda de rock más longeva del mundo,The Rolling Stones, el exBeatle políticamente correcto no tardará en aprobar sus memorias oficiales, el guión cinematográfico bioepic y las ofertas recopilatorias de su oscilante trayectoria.
En esta idea soy claro. Macas fue el bajista de los Beatles y, para su vergüenza, el Macas solitario, marrullero y gandalla de Wings hasta el presente. Lo digo por el peculiar programa de sus presentaciones: los básicos de rock and roll, el repertorio beat y los luces altas de 1971 a la fecha. Sin embargo, un ochenta por ciento versará en los años dorados y el resto a las tontas canciones amor de regular manufactura.
A un servidor, la despedida de Paul McCartney suena a una vieja canción de José Alfredo Jiménez (te vas y te vas y no te has ido) y no a propuesta seria de dar una vuelta olímpica al planeta y retirarse como los grandes. Dejémoslo al tiempo.
Y recuerden, niños y niñas, en la personalidad de Macas pesa la lana y no los ideales. Así ocurrió en 1970 y así pasará en 2010, si el público lo pide, en regalías claro está, él seguirá trayéndonos el “Ayer” por “El Largo Sinuoso Camino”.
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