Las ratas dan asco y como abundan, el asco es permanente. El comentario viene a cuento por la publicación del libro panfletario de Carlos Ahumada “Derecho de Réplica” en donde el titiritero del señor de las ligas y similar gentuza, cuenta su verdad y acusa a los corruptos de siempre, precisamente de ser eso: los corruptos de siempre. Padrinos y perrada de la “alta política” nacional desfilan en una pasarela hedionda de dimes y diretes que empalman con las declaraciones típicas de la Trevi, el Andrade y todas las finísimas personalidades de lo chueco que han engalanado las mesas de novedades de las librerías.
El libro es una cuenta más en el rosario de panistas, priístas y perredistas que como es Vox Populi andan en el ajo de las tajadas y los repartos del billete, encubiertos en fueros anticipado de sus patrones: los intocables de este decadente sistema de poder espanta idiotas.
Ahumada salpica a los que sean necesarios y las columnas especializadas levantan la porquería para "analizarla" y concluir lo que TODOS sabemos: nuestros “líderes” contaminan a la propia contaminación.
En la línea del seudo escándalo, la "víctima" de las atrocidades de la oposición nos regala la identidad secreta del “Chupacabras”, la marca merovingia del peje y la empatía satanista de los “aleluyos”, subrayando el rol de mártir que le tocó vivir nada más por hacerse de un milloncitos, videograbar burócratas y un corazón regente destrozado.
Los señalados, instalados en el cinismo que aprendieron en la Familia, afirman que ni conocen al autor pero que carece de autoridad moral. A los que no les pegan tan fuerte aseguran que el texto es una prueba del complot y el robo de una presidencia; misma que está canijo que la recuperen con tanta vendetta y salvación de criminales de negrísimas procedencias.
El libraco es la primera entrega del departamento ( ¿o será secretaría de estado) de la distracción pública y enigmas sin resolver que desea poner al pueblo en la persecución de fantasmas para que los trancazos electorales de rechazo no suban el margen de riesgo. Y esta “obrita” no desmerece al chismorreo de las revistas de espectáculos o sociales, tiene todo: poder, dinero, mentiras y video, hasta un payaso esquirol que brinca por algunas páginas.
Habrá un público que lo conseguirá, esperemos que en versión pirata, para comentarlo entre sus habituales a la discusión de nivel en mesas de cantina o cafés de cuarta.
La tristeza del asunto es que también se ha documentado seriamente por profesionales de la información y uno que otro favor personal, los puntos comunes de la “confesión” de Ahumada y a pesar de las denuncias, no pasa nada.
El “célebre” señor de las ligas pidió perdón público, de los patrones y está grillando como fresca lechuga. A la señora del señor de las ligas, la justicia le hace lo que el viento al monte por que tiene el monopolio de grupos de “agremiados” a la causa que mejor pague. El valiente congresista de Acción Nacional, cuyo nombre ni vale mencionar, hunde el colmillo en las aguas negras de la cosa pública y es inamovible. En otro nivel, el viejo fascista rejuvenecido por el amor se las sabe todas, así que tiene las espaldas más que cubiertas. Del innombrable, qué no se ha dicho, que hasta lo proponemos para la investidura de origen de todos los males.
El derecho de réplica de Ahumada se quedará en un leve silbido porque cuando debió de usarlo, no lo hizo, y hoy, a muy pocos les importa. ¿Y Fox? ¿usted conoce a algún pato que le dispare a las escopetas?.
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