Esta noche, el mundo está más solo. Los Dodos callan porque saben que ha muerto alguien importante para la esperanza, el amor y el compromiso a defender las creencias so pena del exilio. Mario Benedetti, uruguayo por circunstancia, universal poeta, nos lega cientos de palabras que confortan y que nos dan la ilusión de que sigue con nosotros. Mueren los seres humanos, los poetas nunca pues mientras exista alguien que se conmueva con sus ideas, la poesía acude a la redención de la especie. El orbe se está llenando de noticias, críticas y demás material periodístico y cultural sobre la vida y obra del bardo sudamericano. Nosotros no quisimos hacer eso, simplemente tomamos un libro y nos pusimos a leer, y dejamos que el espíritu del inmortal se adueñara de nuestras almas. Los Dodos lloran, pero continúan por la senda que Sabines, Neruda y ahora Benedetti nos han heredado; la senda de que es posible anteponer a la barbarie la belleza de la palabra.
La Comunidad Dodo
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