La detención masiva de funcionarios públicos vinculados al sistema de seguridad del Estado de Michoacán, gobernado por el perredista Leonel Godoy, tiene más fines que los aceptados por el Gobierno Federal.
Es evidente que los nexos del narcotráfico y las administraciones de varias entidades federativas son reales y un verdadero dolor de cabeza para quienes desean quebrarlas. Por desgracia, las acciones del Poder Ejecutivo Federal son selectivas y puntuales al tiempo político de un proceso electoral golpeado y escaso en credibilidad ciudadana.
Con el escándalo de la irrupción de elementos de seguridad externos a la entidad y la captura de burócratas de varias filiaciones políticas, introducen en la percepción de los votantes indecisos la idea de una valentía extrema de Acción Nacional que, misteriosamente donde gobierna también hay olas mas no soluciones drásticas, que no le impiden levantar la bandera del espectáculo a su favor.
¿Qué pasaría si se actuará con la misma determinación en TODA la República Mexicana?. Probablemente el sistema gobernante temblaría hasta sus cimientos y, por supuesto, eso no busca el Presidente Calderón.
Al igual Vicente Fox, Felipe halló en la guerra contra el crimen organizado el filón de cierta popularidad que no ha conseguido en el resto de sus acciones de mando, y como regalo extra, le permite negociar fuerte con el Partido Revolucionario Institucional una especia de dupla dirigente y meter en el pozo de las torturas al Partido de la Revolución Democrática que ya no siente lo duro, sino lo tupido.
Como es tradición, las decisiones de Estado, en este país, corren en la ruta del poder y no del beneficio directo a los ciudadanos, pues, tan pronto se elimina una célula de la delincuencia, surge otra, o al menos eso es lo que nos venden.
Así el entretenimiento se garantiza y las leyes verán cómo se las arregla para procesar a cuanto distraído topen.
Sin meter las manos al fuego por nadie, la repentina aprobación del Presidente augura otros números del gusto de los medios y los incondicionales al régimen para que al menos, si el PAN no es mayoría parlamentaria, vaya apadrinado por el otro objetivo que molesta al señor de Los Pinos: el PRI que dándole por muerto, resucita y apunta sus cañones a la investidura presidencial para recordarle al gobernante que se la tienen jurada pero cuya enorme cola esta enredada en negocios turbios que obrarán en su contra, a menos que se ponga a modo un arreglo de los que acostumbra con el Enemigo y la santa paz de la familia esté asegurada.
Los caminos de Michoacán y pueblos que voy pasando, me remiten la tesis de una expulsión por faltas y no por una auténtica labor de limpieza que debería comenzar en la casa de gobierno de México.
Allá quién se lo crea.
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