No podía faltar el folclor. El gobernador de Veracruz, Fidel Herrera, anunció que su administración erigirá una estatua a Edgar Hernández Hernández, el niño de cuatro años, presunto paciente “cero” de la epidemia de gripe “A” que sobrevivió a la enfermedad, y que puso al país de cabeza.
Partiendo de tan inteligente decisión de reconocimiento público, nos dimos a la tarea de confeccionar una lista para otros monumentos que celebren a los conceptos, los hombres y las mujeres que han hecho de este México lindo, una especie de dimensión desconocida donde lo improbable sucede y lo lógico se destruye.
Al Dedazo.- Esa práctica sin igual que da y quita en el destino político, más por la cercanía que por los méritos o las habilidades prácticas de los funcionarios y representantes públicos.
Al Innombrable.- Por regalarnos libros, ensayos, artículos, campañas, especulaciones que lo convierten en fuente de todas las desgracias de la Patria mientras sus detractores no mueven un dedo para hacerle pagar sus fechorías.
Al Candidato Desconocido.- Ese ejemplar de la grilla nacional que sabiendo que va a perder hace circo, maroma y teatro para cumplir las formas y su lealtad al partido.
A la Maestra.- Representación casi religiosa de la eficiencia para reventar oposiciones sindicales, partidistas y gubernamentales en aras del poderío personal, y que ha hecho de la educación pública una verdadera joya de atraso y practicidad en cuanto a su lema: al carajo el estudio, la tranza es primero.
A los Gober Preciosos.- Que se pasan la ley por los bajos, hacen lo que se les hincha y se mantienen en el cargo por que son carnales de no sé quién poderoso, que lo agasaja y le facilita el patrocinio para sus excesos.
A los Parientes Incómodos.- Familiares destacados en la impunidad y el “dos de bastos” organizado que aprovechan la línea de sangre con el bueno como garantía en firme de cochineros fraudulentos ampliamente conocidos.
A la Crisis.- Señora empobrecida descalificada por sexenios precisamente por sus amplios conocimientos en aplastar a los pobres y estimular a los ricos por la senda de la vida descarnada.
A Los que Menos Tienen.- Especie de fábula demagógica de la que se cuelgan todos los grillos mexicanos para curarse en salud y jurar sus eternas bienintencionadas acciones.
A Los Presidentes Legítimos.- Perdedores electorales medio cobardes que azuzan a la oposición desde la trinchera del absurdo y luego espantan por que el votante se equivocó.
Al Embute.- Recurso, en apariencia extinguido, que sirve para comprar conciencias y lavar principios periodísticos en una larga de solicitantes y pocos elegidos.
A Las Promesas Perdidas.- Recuerdos del antes y el después de un grillo de alcanzar el poder y padecer amnesia selectiva.
A Los Periodistas Comprometidos.- Que tan pronto encuentran un filón de oro lo explotan a la saciedad, reiterando que no importa la noticia sino quien lo dice y recibe las regalías.
A la Fundación.- Ese escaparate políticamente correcto que sin hacer mucho, lustra los nombres manchados de las corporaciones.
A Los Jóvenes del Yembé.- Fallidos émulos de percusionistas africanos que se la pasan con el tamborcito para no tener que afrontar su existencia.
A Los Creativos Publicitarios.- Cuyos cerebros forjan los conceptos iluminados que apoyan la estupidez y el infantilismo de un pueblo molesto, consigo mismo y que, incluso, ponen presidentes de a peso como un refresco o una golosina chatarra. Eso sí, en el glamour que la cuenta pague.
A Las Encuestas.- Esos ejercicios matemáticos que disfrazan la mentira y exteriorizan lo que el comprador anhela y que por un simple efecto de eco, mueve a los indecisos al camino de la verdad.
Por el momento aquí le paramos, no vaya siendo que nos la crean y luego nos culpen por dar “ideotas” en perjuicio de la escasa capacidad neuronal de los “politicazos”.
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