Los aldeanos y las antorchas reviraron. China habló fuerte y la Secretaría de Relaciones Exteriores reculó asegurando que no quería entorpecer las relaciones diplomáticas con la potencia y que lástima por los mexicanos, a ver si van entendiendo que hay que dejar de meterse en zona estratégica y, por ende, riesgosa; no captan que comprometen al país.
El patrimonio nacional, el invaluable Felipe Calderón, comió carnitas en Michoacán para mostrarle a los malpensados que la carne de puerco no es nociva contra la salud. El gesto un poco atrasado contrasta con la caída del consumo del producto y, en consecuencia, el nivel de recuperación económica del sector.
Las palmas de la semana se las llevará el libro de Carlos Ahumada donde expone que toda la desgracia universal es responsabilidad de ¿adivinen? Carlos Salinas de Gortari; la encarnación de Satanás en la Tierra. El chisme está de a peso y salen raspados tirios y troyanos, ubicando en cierto grado de verdad las obsesiones antológicas de Manuel López Obrador, quien resucitó para jalar adeptos al Partido del Trabajo con el planteamiento simple de: ya ven se equivocaron, yo era la redención.
Los guapos se niegan a dejar de usar corbata porque la clase es lo último que se pierde. En vista de eso, la nueva diferencia de la clase política será fea descorbatada y bonita de moño.
Y como Dios les dé a entender, las escuelas de educación media superior y las universidades regresan a clases sin tener muy claro los protocolos de prevención necesarios porque si usted busca en la página oficial de la Secretaría de Educación Pública, las recomendaciones apuntan a los peques y no a los grandotes, que sólo deben de importarle a sus padres. El futuro lejano del país está a salvo, perdido el inmediato que conociéndolo ya estará organizando los reventones de fin de semana, después de una larga temporada sin distracción ni destrampe.
Por la rápida, los Dodos cautelosos no confían en las voces afamadas de los líderes mexicanos y se la llevan campechana, procurando no exponer el físico o caer en el exceso de confianza. El virus de la influenza manifiesta casos en varios países y las cifras de enfermos crecen. No fue un cuento de los intereses oscuros de la Nación, sin embargo, la irresponsabilidad de los burócratas sí es materia de reflexión y crítica. Reconocemos que TODOS estamos hartos de tanto cuidado pero, será suficiente en una mega urbe que no desaparece de la faz del planeta por una cruel trastada del creador, habitada por una especie de salvajes trogloditas que no ven la “o” por lo redondo. Seguiremos reportando.
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