sábado, 3 de marzo de 2012

MALA LECHE: PERDEDORES PANISTAS AL SENADO

POR.- EL DODO DE HUMOR NEGRO

Reciclar también es grilla, Vea si no:

Ernesto Cordero, ex aspirante del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República, encabezará la lista de los senadores plurinominales de ese partido, en tanto que Luisa María Calderón, hermana del actual presidente de México y ex abanderada panista al gobierno de Michoacán, ocupará el lugar cuatro de la lista y el siete será para el actual secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio.

Como se ve, el panismo premia a los grandes perdedores con plazas en cotos exclusivos de poder. El apapacho, no es sólo de forma, es una manera práctica de protegerlos de los catorrazos que se les vendrán después que su máximo protector abandone la silla.

Dejando de lado la incapacidad de servicio de esa tercia de maloras, el PAN, adiestrado por Felipe Calderón, pondrá fuera de todo perjuicio a todos los representantes funestos del sexenio que más pueda, de lo contrario, las fuerzas “oscuras” podrían usarlos como payasos de las cachetadas nacionales.

Adheridos a una tradición maligna del antiguo régimen, la casta gobernante, presintiendo que no lleva las de ganar, va cubriéndose las espaldas y recogiendo a los leales “importantes” para que los adversarios no los exhiban.

¿Qué van a hacer Cocoa, Cordero y Lujambio al Senado? De no cubrirse la cola, nada. No hay con qué. Son fantoches trasnochados que necesitan una bodega donde montar sus berrinches y mostrarse su enanismo profesional en plenitud.

Sabiendo eso, causa risa malora que el presidente de la Comisión Nacional del Elecciones, José Espina, señalara, a través de su cuenta en la red social: “Las tres propuestas del CEN del PAN al Senado son excelentes: Ernesto Cordero, Luisa María Calderón y Alonso Lujambio. ¡Felicidades!”.

Por esa traza andan el resto de las candidaturas blanquiazules. Escasa calidad y demasiados perdones.

No sea crea que el resto de los partidos políticos posee un capital mejor de candidatos. Están para el perro.

No obstante, dejémosle al elector que decida hacerse cómplice de la farsa o mande al demonio candidaturas que prolongarán la agonía de la seudo democracia en que vivimos.

Lo deplorable de estas acciones protectoras es que los protegidos nunca despiertan a su realidad y en sus escasas neuronas subsiste la idea de ser los grandes protagonistas de la historia patria (así en chiquita) y acaban creyendo en un tamaño que nunca tienen.

Y los mismo pasa con los fanes de los colores partidistas que a pesar de los perjuicios denunciados, albergan la certeza que están en la mejor opción y que construyen el paraíso terrenal apoyando a pandas de rufianes sin remedio.

No se trata de hacer proselitismo, simplemente, que cada ciudadano comprenda que la emisión de un voto hipoteca su destino por varios años de vida y que, a diferencia de marcar una preferencia de consumo, una pésima decisión nos costó un sexenio sangriento e inútil.

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