POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Tras cinco días de permanecer prófugo, el feminicida del Estado de México, César Armando Librado Legorreta, El Coqueto, fue capturado el sábado tres de marzo de 2012 por agentes mexiquenses en el domicilio de un familiar en la colonia Malinche, delegación Magdalena Contreras, en el Distrito Federal, informó el procurador estatal, Alfredo Castillo.
Acorde a lo expresado por el funcionario, El Coqueto cambió su apariencia, se rapó la cabeza y pidió auxilio a la familia pretextando que había sido secuestrado.
Como es sabido la fuga de El Coqueto ocurrió la madrugada del pasado 27 de febrero pasado por una ventana de la oficina donde era resguardado, lo que le provocó lesiones en la columna vertebral, en la zona lumbar y en el pie derecho.
El procurador mexiquense explicó que “El lunes 27 de febrero, alrededor de las cinco de la madrugada, César Librado Legorreta escapó de la Subprocuraduría de Justicia en Tlanepantla por la ventana, utilizó un cable para deslizarse al exterior, consecuentemente sufrió una caída que le provocó lesiones severas en diferentes partes del cuerpo”.
A causa de ese percance, Librado Legorreta se entregó al percatarse del cerco policíaco que instrumentaron los agentes ministeriales mexiquenses y debido a las lesiones que presentaba, por lo que él mismo solicitó la presencia de un médico. Fue revisado por peritos de la dependencia e ingresado al Hospital Nicolás San Juan, para valorar si puede ser ingresado a un penal mexiquense.
En tanto, el gobernador del Estado de México, Eruviel Ávila, solicitó prisión vitalicia para el feminicida, luego de ser capturado en la delegación Magdalena Contreras.
Por medio de un videomensaje que fue transmitido en su cuenta de Twitter, el procurador llamó a los jueces para dictar cadena perpetua al feminicida.
“Hago votos para que los tribunales del Estado de México y federales nos permitan que sea el primer sujeto que tenga una sentencia de prisión vitalicia en el Estado de México, es lo menos que podemos pedir para este delincuente”.
El gobernador advirtió que el caso no está cerrado con la captura de César Librado: “Esto no acaba aquí, esto no acaba, vamos tras la pista de los policías que permitieron su fuga por negligencia, por corrupción, por lo que haya sido, vamos a hacer que también paguen por esta responsabilidad y por esta falta”.
¿Ere necesario este borlote? Por supuesto que no, sin embargo, el asunto de “El coqueto” es una historia entre miles en que la delincuencia y la policía que la persigue acaban hermanándose a través de esas zonas de conjunción que facilitan escapes, impunidad y el escarnio público de instituciones que parecen jalar hacia lados distintos.
Que quede claro, la problemática del feminicidio en México no termina con la eventual captura y condena de algunos de estos asesinos. La solución tiene que ir más allá y, en especial, a construir una sensibilidad ciudadana para atacar sin cuartel este tipo de acciones delictivas. Es imperdonable que el gobierno federal y local no acepten la existencia permanente de depredadores sexuales y que ignoren los llamados de la ciudadanía cuando los detectan. Los asesinos seriales no aparecen por generación espontánea, son reflejo de las contradicciones integrales de la sociedad en que surgen.
El Coqueto guarda en sí una perturbación psicológica grave, una distorsión de la realidad y un odio siniestro contra las mujeres, al igual que otros “entes” que pululan en el territorio nacional.
Efectivamente, el caso no se cierra con la reclusión de El Coqueto, están abierto decenas de casos denunciados que reclaman la consignación, una vez que se encuentren, de los responsables.
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