jueves, 1 de marzo de 2012

EL DODO DICE: MÁS DINERO PARA MATAR

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

El hecho tiene diferentes interpretaciones. Sin embargo, existe el consenso de que el gran “pagano” de la lucha de Felipe Calderón contra el crimen organizado fue, es y será el ejército mexicano.

Con una tradición de deber y lealtad a la Patria, los soldados en diferentes sexenios han salido de los cuarteles a encarar los intereses adversos al sistema político nacional. Pocas veces, ungidos en gloria; las más, expuestos a la furia del pueblo que, invariablemente, queda en medio del fuego cruzado sin saber bien a bien el propósito de la agresión.

Durante la administración de Calderón, los sueldos de los soldados mexicanos aumentaron en un 150 por ciento, al igual que el paquete de prestaciones sociales.

La “benevolencia” presupuestaria no fue gratuita. El cuerpo castrense sigue en la primera línea de la ofensiva estatal y, a pesar que las cifras oficiales se desconocen, aportan un fuerte saldo de muertos y heridos en la cruzada aberrante del presidente.

En el marco del Día del Ejército, 19 de febrero, el Poder Ejecutivo adelantó que en 2012 habrá mayores incrementos salariales para el personal de tropa, desde soldados rasos hasta tenientes.

“A lo largo de mi administración habremos mejorado substancialmente los ingresos del personal militar, particularmente de la tropa. Para dar un ejemplo, en el caso del soldado raso, sus percepciones, considerando el aumento de este año, habrán pasado de 4 mil 300 a más de 10 mil 800 pesos. Es decir un aumento del 150 por ciento. Dos veces y media más de lo que ganaban al inicio de la administración“, detalló el mandatario.

También señaló que de diciembre de 2006 a la fecha, 26 mil militares han obtenido créditos para vivienda. Además 20 mil hijos de soldados obtuvieron becas totales para estudiar en bachilleratos y universidades del país.

Felipe Calderón entregó reconocimientos a cinco unidades que destacaron en operaciones contra el narcotráfico y delincuencia organizada.

Luego de reconocer que muchos militares han muerto durante la guerra en contra del narcotráfico y delincuencia organizada, pidió un minuto de silencio por los elementos caídos en combate.

“Pueden estar seguros de que a pesar de la adversidad que nos ha tocado vivir, los mexicanos y las mexicanas del futuro recordarán estos días como el momento en que el país comenzó a romper las cadenas que lo querían atar a la inseguridad, a la criminalidad y a la violencia. Y sé que la historia habrá de juzgarlos y recordarlos como lo que son: héroes que en el momento de mayor desafío se atrevieron a dar un paso al frente y a servir a la patria cuando esta llamó a sus mejores hijos para defenderla“.

Durante su discurso expuso que el trabajo de los militares mexicanos ha rendido frutos, pues 22 de los 37 criminales más buscados en el país han sido detenidos o muertos. Calderón Hinojosa agregó que miembros del Ejército Mexicano detuvieron a más de 180 cabecillas regionales del crimen organizado.

No mencionó, por ejemplo, las denuncias de violaciones a los derechos humanos o el abuso de sus funciones al seno de la sociedad civil. Tampoco hizo mayor hincapié en el momento que atraviesa la guerra interna y mucho menos, las escasas posibilidades que su gestión tiene de ganarla.

De antemano sabemos que hasta el último momento del mandato, Felipe Calderón seguirá colgándose del narcotráfico para justificar todas las pruebas de su incompetencia frente al cargo e, incluso, la posible derrota del Partido Acción Nacional en las elecciones presidenciales.

El incremento salarial del ejército, merecido de manera absoluta en virtud del sacrificio impuesto por decreto presidencial, contrasta con la realidad laboral del país que, demagogia aparte, no sólo perdió condiciones de vida sino que agregó amenazas impensables seis meses atrás.

La sangre definitivamente cuesta, pero no la paga el responsable directo, solo el ciudadano que de cualquier forma vive expuesto a peligros insospechados.

El calderonismo se convirtió en experto de generar empleo, propiciando la muerte, y el ejército es un digno ejemplar.

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