POR: CARLOS ENRÍQUEZ
Cuando uno es pequeño sueña con ser como su ídolo favorito, observa la televisión y ve a su jugador favorito lo emociona, se siente parte del equipo y cuando termina el juego, sale a jugar con sus amigos, todos sintiéndose estrellas deportivas y su único anhelo es llegar hacer como su deportista favorito.
Vives con esa ilusión pero cuando vas creciendo te das cuenta de la realidad, vaya golpe, conoces que detrás del gran atleta hay cosas mucho más importantes, que firmar un autógrafo aun pequeño, o tomarse la foto del recuerdo con un aficionado, lo que verdaderamente mueve a la mayoría de los atletas es el dinero.
Pero qué horror saber que mientras un aficionado sacrifica o ahorra varios días de su sueldo para ver ya sea su deporte favorito o a su atleta preferido, estos piensan cuánto voy a ganar por temporada o por jugar en un determinado torneo; es algo bizarro, entonces donde está la pasión por el juego y la emoción de conseguir un triunfo.
Esto nos lleva a una pregunta ¿Qué estilo de vida tiene un atleta consagrado en su deporte que desarrolla?
Hablemos de algunos ejemplos:
Lionel Messi, jugador profesional de fútbol, actual del equipo Barcelona, es uno de los más importantes jugadores del mundo, con apenas 23 años lo tiene todo. Autos de lujo, donde el más caro cuesta alrededor de 1 millón de dólares, vive prácticamente en una mansión, los aficionados los adoran y sólo le falta una cosa ser campeón del mundo.
Cristiano Ronaldo, considerado por las mujeres como un metrosexual, tiene un cuerpo envidiable, es un egocéntrico por excelencia. Este chico de 25 años es una de las estrellas del Real Madrid, tiene un talento impresionante, pero un carácter poco agradable, su contrato con los merengues es de 110 millones de euros. En su lista de romances ha tenido ha varias modelos famosas, pero siempre las cambia.
Wayne Rooney, el chico malo, este futbolista es caprichoso, engreído, y pedante, juega para el Manchester United, o los Red devil’s. Hace poco firmó un contrato multimillonario con el equipo antes mencionado, pues el pequeño dijo que si no le aumentaban el sueldo se iría a otro club que si se lo pagara. Entre sus pertenencias materiales tiene varios autos deportivos, hechos únicamente para él, tiene una relación con una modelo británica, a las fiestas nunca falta y menos si son privadas.
Los mexicanos también tienen lo suyo, hay 2 ejemplos muy claros: Rafa Márquez, un futbolista consagrado que en Europa ganó todo con el Barcelona. Decidió rechazar varias ofertas del viejo continente para ir a jugar en los Estados Unidos, “el motivo” el gran pago que recibe, firmo por 4 años con el club de Red Bulls de New York, con un salario de 4,600 millones de dólares al año.
El jugador de moda no es otro que Javier Hernández, un chico de 22 años que vive el sueño de muchos, jugar en Europa en un club importante y, donde las oportunidades que le ha otorgado el club del Manchester United, lo han puesto como un futuro refuerzo del Real Madrid, con un salario que oscila entre los casi 600 mil euros al año. Un dato importante cuando el Manchester lo compro costó algo así como 7 millones de euros y su carta al día de hoy tiene un valor de 21 millones de euros, la pregunta es ¿se quedará con su actual club para demostrar que la pasión y la emoción aún existen o será tentado por la magia del dinero y los lujos que este ofrece?
La vida de un deportista consagrado es realmente fenomenal; tiene lo que quiere, un salario asquerosamente alto y las mujeres más bellas del momento. Gracias al deporte que practican profesionalmente son dueños de cuerpos envidiables y continuamente se les ve en fiestas de un gran nivel.
No cabe duda que el deporte es un negociazo para todos los implicados, mientras esto siga así, la pasión y la emoción por el deporte pasarán a un segundo plano y la atención y la dedicación para los aficionados estará en un tercer plano.
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