viernes, 7 de enero de 2011

APUNTES: EL TRABAJO, SEGÚN LA INEPTITUD

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Ufano, dicharachero y, honestamente, haciéndole al enmascarado, Javier Lozano, secretario del Trabajo, afirmó que en 2010 se generaron 730 mil 348 nuevos empleos, el mejor registro en los últimos 14 años en México. Lo malo es que analistas, académicos y casi cualquier hijo de vecino reconoce que la cifra es insuficiente, ya que la economía necesita incorporar cada año a un millón 300 mil trabajadores y el gobierno ha creado en promedio sólo 250 mil fuentes de empleo anuales, apenas un millón en cuatro años, detrás de tanto mitote.

En diciembre el funcionario admitió la perdida de 232 mil 115 empleos, a consecuencia del periodo estacional de fin de año, (que también se puede explicar por el rotundo fracaso de la política laboral decidida por el presidente y el gabinete económico).

Hacia 2012, de no cumplirse las profecías “mayas” del fin del mundo, se deberán generar 800 mil empleos formales para mantenerse al ritmo del crecimiento de la población laboral; nuevamente el optimismo del poder choca contra las necesidades reales del país y el déficit productivo mantiene una constante peligrosa.

A pesar de reconocer, que la tasa de desempleo bajó de 6.4% en septiembre de 2009 a 5% el año pasado, Lozano Alarcón expresó que en lo que va de la administración del presidente Calderón se han creado un millón 36 mil 928 empleos formales.

“Esto es 7.6% adicional a la cifra con la que iniciamos este sexenio. Empleos todos ellos, insisto, con seguridad social; 63.9% de ellos, corresponde a trabajadores permanentes y el resto a trabajadores eventuales”.

Por supuesto que las respuestas objetivas no se hicieron esperar y la opinión de la gente es contraria al mundo color azul de la administración actual. Los ¿esfuerzos? gubernamentales no alcanzan para contrarrestar las carencias de la población, que desconoce el cumplimiento de la patética campaña electoral del candidote Calderón.

El que haya empleos no quiere decir que sean bien remunerados y que ocupen mano de obra calificada, es decir, detrás del término están plazas mal pagadas y dirigidas a un sector específico de la población y no al resto de la pirámide social.

El mercado laboral mexicano sufre de una tasa de desempleo alta, al igual que la de subocupación y, de menos, 30% de la población económicamente activa está en la informalidad (19 millones de trabajadores mínimo).

En el referente de la Secretaría del Trabajo, el último salario promedio de cotización que se tiene registrado es de 237 pesos con 86 centavos diarios. “Equivale a 7 mil 230 pesos con 94 centavos al mes. Esto es superior en 4.01% al salario promedio de cotización que teníamos registrado en diciembre de 2009”, como si rebasar el incremento de dos pesos y treinta centavos fuera un portento de inteligencia y entrega.

En los primeros cuatro años del gobierno de Ernesto Zedillo se crearon 1 millón 106 mil 529 empleos formales inscritos al IMSS. En el mismo lapso de tiempo en el gobierno de Vicente Fox se crearon 195 mil 135 empleos, en tanto que en lo que va del sexenio de Calderón se han creado 1 millón 058 mil 260 plazas. Sin partidismos, la tendencia de eficacia panista es cuestionable.

Aplicar una reingeniería laboral no es descabellado, sin embargo, la clase política prefiere darse la gran vida y derrochar recursos en proyectos e “ideotas” encauzadas a la deshonra nacional y al olvido vergonzoso.

Las cadenas se rompen por el eslabón más débil, así que no se sorprendan que con estas matemáticas, un día despertemos de cabeza.

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