POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
En día de reyes, el Senador estatal por Nebraska, Charlie Janssen presentó una iniciativa contra los inmigrantes indocumentados parecida a una controvertida ley aprobada el año pasado en Arizona.
Como los había previsto Los Dodos, la Ley Arizona sólo fue la punta de un iceberg adverso a la política fraterna y el respeto de los derechos humanos que causa tiña a los republicanos, y que ha “inspirado” esperpentos similares como la preliminar normatividad de Nebraska.
''Este proyecto de ley tiene como objetivo frenar la inmigración ilegal y proteger a los ciudadanos del estado de Nebraska de varias maneras'', dijo Janssen en una interpretación curiosa de seguridad e integridad ciudadana.
'Protegerá a los contribuyentes de tener que pagar por la educación, beneficencia y gastos médicos de los indocumentados'', como si los ilegales no llegaran a Nebraska a ponerse a trabajar y decidieran vivir del aire.
El proyecto de ley exigiría a los policías que, cuando hagan valer otras leyes, pregunten además por el estatus migratorio de quienes sospechen que se encuentran en el país sin papeles de residencia legal, una autorización en blanco para que los uniformados calculen a ojo de buen cubero, quién es quién y se “abaraten” a cualquiera.
También se requeriría que los que no son ciudadanos estadounidenses porten documentos que demuestren su estatus legal. No llevar los documentos sería considerado un delito menor, pecadillo que no quita la posibilidad de una maltratiza o una confusión mayor a coste del agredido.
El proyecto de ley también criminaliza el hecho de albergar, esconder o transportar un indocumentado. Esa violación estaría considerada un delito menor. Tampoco es cosa de acabar con la industria “pollera” y conexos, que se pone a mano con el cuerno y es indiscutiblemente un elemento productivo de primer orden que cubre la necesidad de una mano de obra dócil y asustada.
La iniciativa de Janssen se diferencia de la ley de Arizona en que no permite que policías detengan indiscriminadamente a inmigrantes sospechosos de estar en el país ilegalmente. Suponemos que como se las gastan los primos, existirá un retrato ideal que cuadre con el tipo de “alienígena” al que se enfrenten. No se trata de agandallar a lo buey, es obligado volver eficiente las detenciones y las deportaciones indispensables.
La iniciativa de Nebraska intenta evitar la categorización racial diciendo que las sospechas de un agente no deberían basarse solamente en la raza de una persona, su color de piel, religión, género u origen nacional, dijo el fiscal general del estado Jon Bruning, aunque no explicara la mecánica implicada a fin de no caer en errores irreparables.
Nebraska es uno de los 21 estados buscando aprobar legislación similar este año, y que probablemente, de persistir la debilidad de la Casa Blanca y el partido demócrata, alcance el propósito desestabilizador que oculta, fomentado la persecución de los diferentes y de los ofensores de la ley.
¿Qué debe hacer México? Honestamente, podrá protestar y mentar madres al infinito. No obstante, mientras esta determinación ocurra dentro de los Estados Unidos y respete el marco legal interno, es facultad soberana estadounidense de hacer lo que se les venga, incluso mandarlo a la fregada.
De ese pelo es la bronca.
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