No contentos con el tormento al que nos someten nuestros demonios internos, deseamos encontrar fuera adversarios fabulosos que justifiquen las malas acciones. Sin embargo, no estaría de más que cada DODOlector meditará el siguiente texto y llevará a cabo alguna de sus recomendaciones, precisamente para tener el alma en paz y vivir en una sana convivencia social. Sabemos que no es fácil, pero vale la pena intentarlo.
LA REDACCIÓN
LA CREACIÓN DEL ENEMIGO (*)
Comienza con un lienzo en blanco
Esboza en él siluetas de hombres, mujeres y niños
Hunde la brocha en el pozo de tu propia oscuridad
Dibuja en la cara de tu enemigo la codicia, el odio y la crueldad
que no te atreves a reconocer como propias
Ensombrece todo asomo de simpatía en sus rostros
Borra cualquier resto de la miríada de amores, esperanzas y miedos
que residen en el calidoscopio de su corazón infinito
Deforma su sonrisa en una mueca cruel
Arranca la carne de sus huesos
hasta que sólo quede el abstracto esqueleto de la muerte
Exagera cada rasgo humano hasta metamorfosearlo
en bestia, alimaña, insecto
Rellena el fondo de tu lienzo con los demonios y figuras malignas
que alimentan nuestras pesadillas ancestrales
Cuando tu cuadro esté completo podrás matarlos sin culpa y despedazarlos sin sentir vergüenza
Lo que has destruido, simplemente, es un enemigo de tu Dios
Faces of the Enemy,
Sam Keen
Tomado de la traducción incluida en “Contrato con Dios”, Juan Gómez Jurado, El Andén, Barcelona, 2007.
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