martes, 7 de diciembre de 2010

A TÍTULO PERSONAL: WALLACE, LA MADRE Y LA VERDAD

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Isabel Miranda de Wallace, madre de Hugo Alberto Wallace Miranda, plagiado y asesinado en julio de 2005, cinco años después y tras haber cruzado el infierno que es el sistema judicial mexicano, pudo constatar que Jacobo Tagle Dobin, de 31 años, detenido una horas antes, cerró el capítulo siniestro que marcó su vida para siempre y la convirtió en un ejemplo para los cientos de mujeres afectadas por un secuestro o una muerte inútil de un familiar o ser querido.

Durante la conferencia de prensa que encabezó el procurador mexiquense, Alfredo Castillo, se proyectó un video en el que Jacobo Tagle confirmó que el empresario fue asesinado y posteriormente descuartizado por su captores, quienes posteriormente tiraron sus restos.

Tagle Dobin rindió declaración preparatoria la madrugada del domingo pasado y narró con lujo de detalles cómo el joven empresario fue “enganchado” por la bailarina Juana Hilda González, con quien salió al cine el 11 de julio del 2005, para luego ser plagiado. Indicó que esperaban pedir un rescate de millón y medio de pesos, “pero se les pasó la mano”.

Explicó que el día de los hechos, el policía del estado de Morelos César Freyre le llamó para informarle que Hugo Alberto Wallace ya se encontraba con Juana en el cine y que a su salida iba a ser plagiado. Posteriormente, lo llevaron a una casa de seguridad, donde Freyre lo golpeó, “comenzó a ensañarse con él y le dio un cachazo, luego a Hugo le dio un paro cardiaco y murió”,

En su declaración señala que posteriormente César Freyre le ordenó comprar una sierra, con la cual descuartizaron el cuerpo del empresario, para luego empacar sus restos en una bolsa de plástico y posteriormente abandonarlos en las inmediaciones de un canal por los rumbos de Cuemanco en la ciudad de México, donde se realizó un operativo de búsqueda sin resultados.

Así, con el habitual desparpajo del delincuente cobarde, Tagle reveló los últimos momentos de un cautivo y aventó el peso de la verdad en la mente de una madre, que hizo lo imposible: ganarle a la hermandad delictiva de autoridades y criminales, que lo mismo enganchan niños o desmiembran cadáveres en la lógica maligna de mostrar la propiedad del control.

La información de Jacobo Tagle confirmó la participación en los hechos de Brenda Quevedo, quien está recluida en un penal federal, lo mismo que el nivel de complicidad de la bailarina Juana Hilda, el policía César Freyre y los hermanos Trujillo.

El procurador, Alfredo Castillo, refirió que en cinco años y cinco meses Tagle Dobin anduvo “a salto de mata”, y utilizó al menos cuatro alias y cuatro personalidades distintas. Durante ese perido, el secuestrador se dedicó a la compra venta de vehículos usados y vivía eventualmente en Cuautitlán Izcalli y Ecatepec, en el estado de México.

Los delitos por los que Tagle será procesado en el Edomex son cohecho (al intentar sobornar con un auto y dinero a los policías que lo capturaron) y utilización de documentos falsos.
En la conferencia se informó que este sujeto participó en al menos dos secuestros más: el primero, de una mujer y un menor por el que se cobró un rescate de alrededor de 700 mil pesos, y un segundo, de un hombre por el que pidieron 800 mil pesos.

Por supuesto, faltan los vericuetos legales y las condenas que nunca se equiparan con la magnitud de la perdida de una vida. Falta, en el fuero interno de Isabel Miranda de Wallace, encontrar la resignación. Falta aprender la lección de esta madre excepcional que nunca se rindió intuyendo que al final sólo encontraría la confirmación de la muerte de su hijo.

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