La noche del jueves 16 de diciembre de 2010 fue asesinada la activista Marisela Escobedo frente al Palacio de Gobierno, sede de la administración local, mientras colocaba una manta para exigir justicia en el homicidio de su hija.
Sí. Sí, leyó bien. Una mujer asesinada por reclamar justicia frente a la sede del gobierno del estado de Chihuahua, en teoría, uno de los pocos lugares seguros de la entidad.
Otra vez un crimen de género y otra vez la negligencia de las autoridades para aplicar la ley. Como fondo el asesinato de una hija.
¿Cuál es el siguiente paso a la impotencia ciudadana?
¿Cómo no sucumbir a la tentación a rebelarse?
Hoy, el espíritu navideño se fue el carajo y simplemente estoy enfurecido.
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