POR.- ABRAHAM ROMERO RAMÍREZ
Vámonos por la libre. Sin piedad ni contemplaciones. Haciendo un escaneo de la percepción social, aunque en cierto punto ya generalizada, pero al final con sus matices de realidad a voces.
La información hoy tiene un valor más allá que hasta la vida misma. Tanto que se llega a matar o intentar hacerlo por obtenerla y no dejar que nadie más, "ajena" a ella, la pueda ver. Sin duda, el caso que hoy está en la mira de muchos burócratas en diversas naciones y en los medios de comunicación es el tan afamado sitio web Wikileaks. Y la pregunta forzada que me hago en estos momentos puede ser tan básica y elemental como la de algunos ¿De qué fregados me sirve a mi saber que Calderón (porque no merece el título de presidente) está estresado? ¿Por qué tendría el mentado interés en saber que el Ejercito Mexicano y la Marina están compitiendo entre ellos mismos y que de los dos no se hace ni la mitad de uno? ¿De qué me sirve que publiquen que a nuestros vecinos -desafortunadamente para todos nosotros- les "preocupa" la corrupción generalizada en este país tercermundista; o que hay un estado fallido y totalmente colapsado y que varias partes de la República Mexicana son ahora incontrolables por tanta violencia?
Y creo que muchos podrían saltar directamente del asiento recordándome a mi progenitora al leer estas preguntas de alguien como yo, aun desconocido en el mundo periodístico. Habrá gente que piense lo contrario, y respeto cualquier postura. Sin embargo hay una pregunta en especial que me salta continuamente en la mente y que engloba a todas las demás ¿De qué carajos me es de utilidad el saber algo que simplemente es más que evidente en todos lados?
No puedo negar rotundamente que el impacto de Wikileaks y sus informes masivos han tambaleado a la esfera política de varios países, y más si se trata de estados tan vulnerables como el de México; o como para las cúpulas políticas tan paranoicas del país vecino. Pero ¿Qué logra cambiar todo este caudal de información "TOP SECRET"? ¿Acaso los países que se sienten dueños de la información y de la razón en todos los ámbitos que puedan acaparar, o aquellos que tienen impotencia gubernamental -como mi jodido país- cambiarán su posición a una más respetuosa y tolerante con sus gobernados por la simple publicación de información "secreta"? La información que se ha divulgado no es para nada un misterio ni un gran descubrimiento.
Las cosas no cambiaran simplemente por el hecho de que se publiquen "secretos" de gente que continuamente insiste en su labor de hacer las cosas mal. Quisiera creer que esto pudiera ser el principio de algo maravilloso que tanto anhelamos muchos: libertad y un gobierno para la gente. Pero no lo es, y no lo será. Y el impacto generalizado en la opinión de la gente consultada por el diario El Universal en su versión online el día de hoy sobre si estaba de acuerdo con las filtraciones de información que ha hecho el portal de Wikileaks parece ser que están contentos y satisfechos con dicho "descubrimiento". Cerca de más de 10 mil personas que contestaron la encuesta publicada por el periódico mexicano, el 88.68% por ciento está de acuerdo con las acciones de publicación del ya mencionado portal.
Sin embargo, ¿Esto es suficiente como para que las personas, en especial los mexicanos, estén satisfechos con sólo tener un par de documentos virtuales que aseguran decir la verdad? Probablemente para una gran mayoría será más de lo que esperaban y dejarán pasar la noticia como otra más. El mexicano tiene una memoria a largo plazo poco efectiva y es capaz de olvidar rápido. Lo que hoy le acontece a nuestro país, es más que todo aquello que pudieran publicar en cualquier sitio.
La realidad que aqueja a nuestra nación -ya sea política, de seguridad, de pobreza financiera o mental, de salud, de apoyo social y todas los sectores que se les puedan ocurrir- es más grande que los chismes de "verduleras" que se traen entre Wikileaks y sus "afectados". Que por cierto, no le dañan en prácticamente nada a las altas esferas de "encopetados" burócratas, ya que ellos siguen recibiendo sus jugosos sueldos y moviendo las piezas como les pegue su regalada gana. Si realmente quisieran dañarlos y ponerlos nerviosos, porque no mejor publican cuánta gente murió en la recién guerra en Medio Oriente, mejor conocida como "petro-guerra" y su fiel aliada en Guantánamo; o cuánta gente murió en todo el mundo por la vacuna ineficiente que nos fue obligada a utilizar por la ya olvidada "pandemia" AH1N1 y que sólo los beneficiados fueron las transnacionales farmacéuticas.
Invito al público lector a ver más allá de simples declaraciones de "lavadero". Como lo mencioné en la anterior editorial sobre el conflicto coreano: Rechace. Argumente. Comente. Profundice. Dilucide en lo que sucede. Invitamos al pensamiento crítico. No se quede solamente con lo que oiga o vea. Observe y escuche detenidamente. ¿Qué si es tan sólo una "cortina de humo" para desviarnos de lo que podría estar pasando en realidad? En este mundo loco, gobernados por otro puñado de locos, todo es muy probable.
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