POR.- LA REDACCIÓN DODO
Nacido en Sirte, Libia, en 1942, en el seno de la tribu Gafafa y criado en una familia dedicada al pastoreo de camellos, Muamar el Gaddafi logró estudiar para acceder a la Academia Militar.
Con sus compañeros de armas supo aprovechar las enseñanzas de liderazgo y alcanzar el mando mediante un golpe de Estado el 1 de septiembre de 1969, cuando derrocó al rey Idris Senussi, en el poder desde la independencia del país en 1951.
En sus cambiantes políticas encaminadas a resplandecer como líder árabe, Gaddafi ha recurrido a la desestabilización de países africanos, increpando a los dirigentes palestinos y de otras naciones árabes que han auspiciado negociaciones con Israel, aunque en la guerra del Golfo Pérsico, en 1991, se abstuvo de apoyar a Saddam Hussein.
Entre sus "genialidades" políticas -además de su Libro Verde- ha pretendido establecer en torno a la unidad del mundo árabe alianzas que le pusieran al frente de unos Estados Unidos del Sáhara, o efímeras fusiones con Egipto, Túnez, Argelia o Marruecos. Los abultados ingresos del petróleo han facilitado sus conocidas excentricidades y megalómanas intervenciones en países vecinos.
Superviviente de más de un golpe de Estado, la llamada "revolución cultural", anunciada el 15 de abril de 1973 tras una fallida intentona, significó la solidificación de su poder mediante la formación de los comités populares de base y la creación de un nuevo gobierno, el de la Jamihiriya (Estado de masas), con el que decía dar la voz al pueblo, ese que ahora es silenciado a tiros.
Implacable en la represión de cualquier disidencia, sus complicidades con actividades terroristas significaron en 1992 sanciones de la ONU, por su negativa a entregar a dos sospechosos del atentado contra el avión de Pan Am cuando sobrevolaba Lockerbie (Escocia) en 1988 y en el que murieron 270 personas.
El endurecimiento de dichas sanciones y la congelación de fondos libios en 1994 no impidió que mantuviera contactos clandestinos con la red de tráfico nuclear del ingeniero paquistaní A.Q. Khan, con quien tenía contacto desde 1984.
Tras la mediación de Nelson Mandela, en 1999, entregó a los dos sospechosos de Lockerbie. Ese año celebró el 30 aniversario de su revolución e intensificó su campaña de promoción para abrir sus mercados tras siete años de aislamiento.
Luego decidió el pago de indemnizaciones a las víctimas del atentado contra la discoteca berlinesa La Belle, en 1986, desencadenante de las represalias del presidente estadounidense Ronald Reagan, bombardear su palacio en Trípoli y la ciudad portuaria de Bengasi, o del avión de UTA en 1989, lo que abriría la puerta al relanzamiento de los lazos entre París y Trípoli.
En 2003, Estados Unidos y Libia iniciaron un acercamiento después del anuncio de la renuncia de Gaddafi al desarrollo de armas de destrucción masiva, que culminó en el intercambio de embajadores en 2008.
En sus viajes al extranjero, ataviado como un beduino tocado con la taquiya (pequeño gorro cónico), ha hecho gala de su guardia pretoriana de mujeres, aunque, de momento, ha recurrido a las amenazas en televisión de quien es considerado como su delfín: su hijo Seif El Islam (La espada del Islam).
Atrapado en una revuelta tribal, auspiciada por Estados Unidos, después del derrocamiento del dictador egipcio Hosni Mubarak, Muammar Gaddafi, identificado internacionalmente como un patrocinador y protector de terroristas, tuvo que poner pies en polvorosa.
El 19 de marzo, fuerzas unidas de Estados Unidos, Francia y Reino Unido iniciaron una ofensiva contra objetivos militares de Gaddafi para obligarlo a cumplir con la resolución del Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas, que exigió detener las agresiones contra los opositores que habían comenzado a manifestarse como una réplica de las protestas en otros países árabes.
Los rebeldes libios que combatieron junto con el apoyo aéreo de la Organización del Tratado de Atlántico Norte durante más de medio año poco a poco fueron ocupando el territorio libio hasta controlar Trípoli y recudir a la resistencia gaddafista, que se defendió en los últimos bastiones del dictador, en su natal Sirte y Bani Walid.
El jueves 20 de octubre de 2011, altos funcionarios del Consejo Nacional de Transición confirmaron la muerte del ex líder libio, Maummar Gaddafi, ocurrida durante un ataque de las tropas rebeldes contra su bastión en la ciudad de Sirte.
El ministro de Información en el Gobierno interino de Libia, Mahmoud Shamam, informó en una entrevista con la cadena de televisión CNN de la caída del "pez gordo", en alusión al ex líder Gaddafi.
Otros altos funcionarios del CNT han confirmado la versión, entre ellos el coronel Mostafa Noah, miembro del Consejo Nacional de Transición libio, quien aseguró a la cadena de televisión Al Jazeera que la foto del supuesto cadáver de Gaddafi que ha comenzado a difundirse es verdadera.
Por su parte, el líder del destacamento del CNT en Trípoli, Abdul Hakim Belhaj, aseguró a Al Jazeera que Gaddafi murió tras los combates, y que su cuerpo está en manos de fuerzas rebeldes que lo trasladan a una ubicación secreta.
La cadena de televisión Al Jazeera mostró un video de 20 segundos en el que puede apreciarse el cadáver del ex líder libio.
En las imágenes, una multitud aparece rodeando el cuerpo boca abajo de un hombre sin camisa y ensangrentado. Al darle vuelta se ve el rostro de Muammar Gaddafi con su característica barba y cabello rizado.
De esta manera, terminó una era de residuos represivos del siglo XX, de la que Irán, hasta el momento, es el superviviente más estable.
La construcción democrática de Libia no será fácil, pero de menos la gente tiene una esperanza y Estados Unidos las reservas petroleras número uno del mundo, y a buen recaudo el arsenal de la tiranía.
Simbólicamente, la muerte de Gaddafi fue generado por un balazo en la cabeza, el depósito de la razón a la que tanto reprimió.
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