POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
No está para saberlo, dentro del cuerpo de una nota publicada por el periódico mexicano MILENIO, encontré la siguiente historia:
En el Distrito Federal se registran por lo menos 80 solicitudes al mes de personas que padecen algún tipo de malestar causado sobre todo por inmiscuirse en la brujería, “terreno del maligno”, afirmó el padre Pedro Mendoza, coordinador general de exorcistas de la Arquidiócesis de México.
Por otra parte, Sante Babolin, exorcista italiano, señaló que en el mundo, sólo dos de cada 100 casos son “posesiones demoníacas” y requieren un exorcismo.
“Cuando se habla del demonio se necesita tener en cuenta la realidad de que el amigo del hombre es Jesucristo y el enemigo es Satanás. El hombre tiene que enfrentarse con sus enemigos. Si Dios nos salvó con su sangre y todos tenemos un destino de gloria, pero no podemos conseguir este destino sin vencer la batalla contra nuestros enemigos”, señaló Babolin.
El coordinador Pedro Mendoza dijo que aunque no se tienen estadísticas nacionales, cada semana se reciben al menos veinte solicitudes para el tratamiento de enfermedades espirituales en el Distrito Federal.
Durante los once años que ha funcionado la oficina de exorcismos de la Arquidiócesis de México, no se ha detectado ningún caso de posesión demoníaca. “Se atribuye a que tenemos la protección de la virgen de Guadalupe. La santísima no permite que seamos poseídos porque está en el corazón de los mexicanos”, dijo Mendoza.
Sin embargo, aseguró que la fe guadalupana “no nos libera de lo que nosotros hacemos y por andarnos metiendo en brujería, prácticas esotéricas y adivinaciones, nos estamos metiendo en terreno del maligno; esto es lo que provoca que haya mucha gente dañada. Recibo más de 15 llamadas de personas pidiendo que se les atienda porque están sufriendo por falta de fe o porque argumentan que les hicieron un maleficio”.
En conferencia de prensa, informaron que los jóvenes son los más vulnerables a padecer algún tipo de malestar espiritual e incluso “posesiones diabólicas”. Babolin explicó que en Italia ha atendido a 12 personas que requieren un exorcismo y cuya terapia incluye también atención psiquiátrica y el tratamiento puede ir de meses a tres años.
“La respuesta contra el maligno que estamos adoptando es articulada, muy compleja, que incluye la tarea de un psicólogo, pedagogo y el psiquiatra, e incluso hay un especialista para los jóvenes, sobre todo los adolescentes. Tenemos un complejo de problemas que debemos enfrentar de manera colegiada”, afirmó el exorcista italiano.
El especialista aseguró que un exorcismo tampoco es un acto de magia y no sucede como en las películas, pues este tipo de ritual es una pelea entre el exorcista y el diablo, que es una entidad que no se ve, aunque “me habla a través de la persona”.
Babolin señaló que a diferencia de las palículas de terror donde la persona poseída se comporta de manera dramática que parece tener fuerzas sobrehumanas, en la realidad el signo de la posesión es que “la persona percibe no tener su cuerpo”.
Después de un diagnóstico integral y de los casos que ha atendido a lo largo de Italia, “sólo dos personas de cada 100 que declaran malestares piden ayuda, tienen la necesidad de un exorcismo, aunque los otros también sufren y necesitan ayuda y ésta se consigue con la cercanía a Jesús”.
El psiquiatra Carmelo Miola y la especialista en jóvenes Mónica Lazzareto forman parte del equipo médico, mientras que Babolin atiende a las personas en la parte espiritual, “va junta la medicina y la oración, pero si esto no resulta, ofrezco un camino de catequesis porque frecuentemente la persona no está bien evangelizada y el camino se termina con un rito de liberación, aproximadamente 80 por ciento de las personas que concluyen esta atención sale sanada. Para el resto que no responde a la liberación tengo que empezar con los exorcismos”, dijo Babolin.
Además, explicó que los jóvenes son los más vulnerables porque ellos tienden a desvincularse de la familia, tienen problemas por el trabajo o no encuentran sentido a su vida, “hoy en día el joven tiene mucha dificultad de proyectar su futuro”.
“Quienes tienen más problemas no son los adolescentes, sino los adultos de los 14 a los 35 años los jóvenes pasan por el proceso de independencia y es ahí donde las enfermedades espirituales y psiquiatritas pueden atacar a las personas. Por eso es importante el tratamiento físico, emocional y espiritual”, precisó el psiquiatra Carmelo Miola
La información en sí no tiene pierde para ejercer la mala leche. Eso que a los mexicanos nos la pellizca el diablo por ser fanes de la virgen de Guadalupe, no tiene pierde. Los puntos comunes de la vulnerabilidad de los jóvenes a los ataques del “maligno” y la descripción de la parafernalia correspondiente a un exorcismo, nos mueve a revivir la ilusión de que por lo menos, un ente nefasto tiene la consideración de venir a fregar, cuando parece que las altas potestades permiten que la desgracia agandalle a los inocentes.
En lo particular sostengo que ángeles y demonios viven en nuestra mente y que es el hombre, únicamente él, quien decide a quien hacerle caso, lo demás peca de azul y buenas noches.
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