POR: LA REDACCIÓN DODO
Con las observaciones que deseen, en días pasados se dio a conocer el “Informe sobre desarrollo humano 2011” del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, donde se concluye el argumento de que a mayor educación corresponde mayor salario, o dicho de otra manera: la educación es una diferencia fundamental a la hora de encontrar trabajo.
Según el documento, el ingreso mejora entre seis y 11 por ciento por año estudiado. De acuerdo con este análisis, los estados de México, Distrito Federal, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Veracruz y Tabasco, son los que mayores rendimientos registran.
En contraste, Morelos, Guanajuato, Hidalgo, Puebla, Querétaro, Tlaxcala, Colima, Jalisco, Michoacán, Chiapas, Guerrero y Oaxaca son los que menor rendimiento tienen.
Las personas con educación primaria completa obtienen un ingreso 12 por ciento superior al promedio de quienes no la tienen o no la concluyeron; “esta diferencia aumenta a 22 por ciento para quienes cursaron secundaria completa y llega hasta 106 por ciento en nivel profesional”.
Aunque factores como la edad, sexo, estrato, seguridad social, industria, región, ocupación, actividad, formalidad y horas de trabajo influyen, en general, se observa diferencia entre quienes estudiaron en escuelas públicas y privadas.
“Una persona que sólo estudio hasta la secundaria en escuelas privadas obtiene mayores rendimientos que una con el mismo nivel de estudio en escuelas públicas”, advierte el estudio.
Esta observación debe resaltar que cuando se especifica educación privada se está considerando un estándar de calidad universal, y no la explosión de escuelas “patito” que ofrecen una mentira educativa.
Así, los rendimientos del bachillerato dependen de si los estudios de secundaria se realizaron en escuela pública o privada eficientes.
Lo mismo ocurre en nivel superior, donde los rendimientos por lo general son mayores si la persona estudió previamente en escuelas particulares.
No obstante, es obligado asumir que estos datos operan sobre variables válidas universalmente y, por ello, se concretan a exponer un fenómeno lógico, ajeno a las particularidades.
Reiteramos: no basta con pagar una educación sino efectuarla en una institución seria, competitiva y, por lógica, de fuertes cuotas.
Y escribiendo sobre la ONU, es importante mencionar que la Secretaria de Relaciones Exteriores de México se congratuló con la designación de María Eugenia Casar como Contralora General y Titular de la Oficina de Planeación de Programas, Presupuesto y Contaduría General de la Organización de las Naciones Unidas.
Ese cargo es uno de los de mayor relevancia en la ONU y la selección destacó se realizó mediante un proceso de convocatoria pública abierta que constó de varias etapas.
La SRE consideró el nombramiento, hecho por el Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, como “un claro reconocimiento” a la sólida formación académica y profesional en administración pública, finanzas internacionales, elaboración de presupuestos y manejo administrativo de organismos internacionales de la maestra Casar.
También destacó que esto es un reconocimiento al papel de México en Naciones Unidas, donde nuestro país es el décimo contribuyente financiero de esa organización, así como por su activa participación en diversos temas de ese organismo multilateral, entre ellos los administrativos y presupuestales.
María Eugenia Casar asumirá su nuevo cargo en este mes, luego de dejar su actual responsabilidad como subsecretaria general, directora ejecutiva adjunta de Gestión de Recursos, Rendición de Cuentas y directora financiera del Programa Mundial de Alimentos, con sede en Roma, Italia.
Con el nombramiento de la también ex tesorera de la Federación, informó la SRE, México reafirma su compromiso con los objetivos y la labor de la ONU, y reitera su disposición a colaborar en el mejoramiento de la eficiencia, la eficacia, la transparencia y la rendición de cuentas de esa organización.
Aunque sea casi en la oscuridad, algunos integrantes de nuestro Servicio Exterior dan realce a México.
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