POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
No queda claro. Sin embargo, es un hecho comprobado que la guerra contra el crimen organizado iniciada por el Gobierno Federal empezó a engendrar monstruos difíciles de controlar.
Cobijados por la atmósfera de violencia incontrolable y la permisividad de las autoridades, han aparecidos grupos, supuestamente vengadores, que combaten a la delincuencia con la misma ferocidad y el mismo terror de lo que hacen gala.
Metidos en un esquema “paramilitar”, estos grupos, ya sea habilitados por particulares, funcionarios y la misma competencia delictiva, aparecieron en las redes sociales a modo de una reacción “popular” adversa al punto de quiebre en el que se encuentran varias entidades federativas.
El 27 de septiembre de 2011, el Gobierno mexicano inició el análisis de unos vídeos donde un supuesto grupo que se identifica como los "Mata Zetas", y que podría ser el autor del homicidio de 35 personas en Veracruz, revela una campaña para asesinar a miembros del grupo criminal Los Zetas..
La Secretaría de Gobernación indicó en un comunicado que la Procuraduría General de la República (PGR) abrió ya una investigación a partir de unos vídeos que circulan en Internet.
En el último de esos vídeos, difundido el domingo 25 de septiembre de 2011 pero filmado supuestamente un día antes, aparecen cinco hombres encapuchados y vestidos de negro, uno de los cuales afirma que los "Mata Zetas" son el "brazo armado del pueblo" y que su "único objetivo es acabar con el cártel de Los Zetas".
"Solo peleando en igualdad de condiciones se podrá lograr erradicar de raíz al cártel de Los Zetas", indica el hombre, que pide "que los funcionarios y autoridades que apoyan a Los Zetas dejen de hacerlo".
Los Zetas, que concentran su área de influencia en los estados ubicados sobre el Golfo de México, es una de las organizaciones más poderosas y violentas del país, protagonista de las masacres de 72 inmigrantes indocumentados en agosto de 2010 en el norteño estado de Tamaulipas y de 52 personas en un casino el pasado 25 de agosto en Monterrey.
"Que la sociedad en general esté segura y confíe que nosotros los 'Mata Zetas' no extorsionamos, no secuestramos, y nunca afectaremos el patrimonio personal ni de la nación; que respetamos a los poderes Ejecutivos, federales, estatales y municipales en su lucha contra la delincuencia organizada", señala la agrupación en el vídeo de cinco minutos de duración.
"Si con nuestros actos realizados ofendimos a la sociedad, al pueblo de México y a las corporaciones federales, les pedimos disculpas en nombre de todo el grupo que conformamos; la intención era darle a saber al pueblo veracruzano que este flagelo de la sociedad no es invencible y que ya no se deje extorsionar", afirman los presuntos delincuentes.
El pasado 20 de septiembre dos camionetas fueron abandonadas a plena luz del día en una transitada vía de Veracruz, en el Golfo de México, con 35 cadáveres en sus compartimentos de carga.
Junto a los cuerpos se halló una manta en la que los autores del homicidio pedían a la población que no se deje extorsionar más por Los Zetas, y lanzaba amenazas contra esa agrupación.
En el vídeo, los "Mata Zetas" no se refieren directamente al asesinato de 35 personas, si bien el mensaje de la manta y el contenido del vídeo coincide en parte.
La SEGOB manifestó que "si bien la organización criminal denominada Los Zetas, debe ser sometida, ello debe ocurrir por la vía legal y nunca con métodos fuera de la ley".
Además, insistió en que las autoridades deben combatir "a cualquier grupo u organización criminal" y que el "único camino" para alcanzar "una seguridad y tranquilidad duraderas" es el cumplimiento de la ley y el fortalecimiento institucional.
"En el Estado mexicano no hay cabida para la manifestación o acción de persona, grupo u organización que atente o violente el Estado de Derecho, independientemente de su causa, motivación o finalidad", concluyó.
Tras la aparición del vídeo algunos analistas han señalado que se podría tratar de una agrupación paramilitar o un comando de exterminio independiente que podría gozar de algún apoyo de autoridades o de empresarios cansados de las extorsiones del crimen organizado.
No obstante, el riesgo de atacar al fuego con fuego, es que el grupo vencedor se sabrá más poderoso y, en consecuencia, menos fácil de controlar.
A pesar de la negación de las autoridades federales, la guerra contra el crimen organizado entró en una fase obediente a la inercia del conflicto y de consecuencias aun no valoradas. Si no, al tiempo, sólo al tiempo.
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