POR.- EL DODO DE HUMOR NEGRO
Después que sintieran, no lo duro, si no lo tupido, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación iniciaron una serie de movimientos para capotear el temporal suscitado por votar a favor del conservadurismo retrograda de las leyes antiaborto en Baja California y San Luis Potosí.
La ministra Olga Sánchez Cordero, en una entrevista radiofónica, apuntó que la Suprema Corte no emitió ningún fallo sobre la constitucionalidad de esas leyes y que no triunfó ninguna postura, debido a que sólo se desestimó la acción, lo que permitirá a las mujeres que sientan vulnerados sus derechos recurrir al amparo.
“Para la validez de una norma, para su declaratoria de constitucionalidad, se requieren únicamente seis votos, es una mayoría simple en la cual se declara la validez de la norma, pero para la invalidez se requieren, como acaban ustedes de precisar, los ocho votos; sin embargo, cuando no se alcanzan estos ocho votos la votación queda como ha quedado en estos días.
En el tema la Corte no resolvió, no hay resolución, simplemente hay una desestimación de la acción, pero la SCJN no se pronunció sobre la validez o sobre la invalidez, sobre la constitucionalidad o inconstitucionalidad. Creo que esto los medios no lo han manejado, porque no conocen este mecanismo tan jurídico y tan técnico...
El término desestimar significa que no hay pronunciamiento de la Corte sobre su validez, ni tampoco sobre su invalidez, es decir no hay triunfo, para decirlo en términos muy llanos, ninguna de las dos posiciones, simplemente la Corte archiva el asunto. Esto no cancela que algunas gobernadas en Baja California o en San Luis Potosí pudieran tener acceso a otros medios de control constitucional, como pudiera ser el amparo”
En el caso de Baja California, cuando una persona impugne, “dependiendo de cuál ha sido su derecho que ha sido vulnerado, por supuesto se lleva a la Corte y con los argumentos que llegue, obviamente impugnará la inconstitucionalidad de la norma, que eso sería por lo cual nosotros seríamos competentes para revisar nuevamente su constitucionalidad”.
La ministra resaltó que el caso puede revisarse de nueva cuenta, “podría la Corte volver a revisar la constitucionalidad de este precepto y pronunciarse en relación con el caso concreto, que ahí sí no se requiere de una mayoría calificada, sólo una mayoría simple para poder conceder el amparo. En este caso no quedan canceladas otras vías de control constitucional”.
La ministra recalcó que la Corte no decide por cuestiones morales o religiosas, sino por convicciones jurídicas, y que no sería válido interponer una decisión constitucional a un prejuicio moral ni una premisa religiosa.
Sin embargo, a partir de lo dicho por el obispo de Mexicali, Baja California, José Isidro Guerrero Macías, quien afirmó que una llamada telefónica del Papa cambió el voto en la SCJN, unas horas después de conocerse públicamente el veredicto, movió los engranajes del poder que rápidamente se pronunció en contra de la existencia de una línea.
La presión generada hizo necesario que el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, desmintiera la existencia de una llamada del Papa Benedicto XVI a México para incidir en el debate sobre el derecho a la vida, y asegurara que esa versión “carece de fundamento”.
“La versión no tiene fundamento, se debería preguntar al obispo de dónde obtuvo esa información. De todas maneras es muy raro que el Papa haya presionado por teléfono”.
En tanto, la Conferencia del Episcopado Mexicano respaldó la postura dada a conocer por el Vaticano, en el sentido de que Benedicto XVI influyó en los debates de la Corte.
Señaló que el Papa, “siempre respetuoso de la vida interna de las naciones” no acostumbra interferir en la vida interna de las naciones, y no lo hizo en este caso.
Por consiguiente, en un comunicado, el obispado de Mexicali se retractó de la llamada que el Papa realizó a México para favorecer la ley antiaborto.
Por lo que asume las declaraciones de la Santa Sede y del Episcopado al negar la intervención de Benedicto XVI en las decisiones de la SCJN.
No obstante, queda una interrogante: si era una mentira porqué el obispo de Mexicali se aventó la “puntada” de enrarecer más el ambiente.
Aunque digan misa queda en el aire la posibilidad que desde la Presidencia de la República hubo mano negra en la votación de la SCJN, sin excluir la fijación de la Iglesia Católica por reducir las maniobras civiles en contra de sus intereses.
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