Por.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Fue hace muchos años. Conocí a Marcia y le dije que escribía poesía, de la que no da miedo mostrar porque cumple con los requisitos estéticos y emotivos. Nos peleamos. Me molesté y escribí. En la actualidad, estoy con Marcia y escribo aun poesía. Nos peleamos. Me molesto y escribo. Ha sido juez y parte de mi vida adulta (que nunca madura) y creemos que el amor es un asunto de lucha cotidiana y no una simple fecha de peluche. Los amorosos saben de qué estoy hablando. Pero hoy deseo regalarle, a través de los dodos, a la comuna del pantano una muestra que supervivencia es amar en otra palabra. Marcia, gracias por apostar por un caballo que resultó resistente.
Es una lástima
que nos separen tantas calles
y otras tantas apariencias.
Es una lástima
que en esta tarde encantada
yo vague por el centro,
engañándome con platicarte
en cada aparador.
Es una lástima
importarnos tanto
y hacernos los desentendidos;
total, el número de poemas
dedicados a ti,
no superan mis sentimientos.
Es una lástima
que haga cualquier cosa por agradarte
y que tú calles
o me dejes con la palabra en la boca.
Es una lástima
soñarte todas las noches
para despertar dolido
de tanto imaginarte.
Es una lástima
que no vistas como yo
ni fumes los mismos cigarros
o vayas a las mismas reuniones.
Tú tienes un mundo
donde vagabundos y poetas
han sido aniquilados.
Es una lástima
ansiar el nuevo día
para contemplarte
y descubrirte aislada
en una urna de hielo.
Es una lástima
que sea primero la vanidad,
luego los deseos.
Es una lástima, digo,
que tanto maldito prejuicio
exista entre nosotros...
Es una lástima
que a mi pesar,
te siga queriendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario