lunes, 22 de febrero de 2010

MALA LECHE: VARA BARA

POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE Y EL DODO DE HUMOR NEGRO

A comprar votos es la instrucción de la clase grilla del país. No se van a escatimar recursos para que el elector ponga tache en el emblema que mejor pague. Las tarifas van desde el tradicional paquete “torta y refresco” hasta veinte mil pesos en forma de ayuda humanitaria para los damnificados del Estado de México por las aguas negras y demás desgracias que se susciten.

A bote pronto, el gober hermoso, Enrique Peña Nieto y Felipe Calderón, volvieron ridículo el auxilio de mil quinientos pesos que Marcero Ebrard dispuso para los afectados de las inundaciones en el Distrito Federal. Veinte mil volovanes fueron girados por choya nada más para que no se olviden los vecinos que el Partido Revolucionario Institucional no se andan con pichicateces y que Peña Nieto es generoso. La factura se las pasará después pero, la feria es la feria.

La grilla solícita y comprensiva cambió de táctica y como en los “años maravillosos” del siglo XX, la partida para aceitar las manoplas de los pedinches crece. No se va a perder el poder por unos millones o unos millones menos. Así que en las próximas elecciones veremos el acarreo, el ratón loco y cientos de trucos habituales en eso del embarazo de urnas y caídas de sistemas de cómputo.

Desgraciadamente, los grillos no aceptan aún que ciertos sectores sociales no se venden tan barato y que les harán “manita de puerco” para conseguir el refrendo del mando. Por lo pronto: minorías sexuales, mujeres, adultos mayores, adolescentes, desempleados y un largo etcétera de seres humanos votan y no están nada satisfechos con las sublimes pendejadas de estos nueve años de administración panista federal y tampoco con los señores feudales de las regiones en las que viven. El distanciamiento popular a la grilla es notable y le dará un susto.

En esa mentalidad grilla de todo para mí, la incomunicación en los diferentes niveles de gobierno y de partidos ha facilitado que los grupúsculos corran por donde se les pegue la gana y den una percepción pública que no hay una fuerza central ni orden ni obediencia. Esto se demuestra en los pocos acuerdos que el Congreso ha concretado, precisamente por el cruce de indicaciones entre las bancadas, los líderes y las autoridades. La línea es que no existe línea.

De las alianzas, el despiporre es mayúsculo por no conducir a un crecimiento “político” simplemente asociarse a fin de no caerse del presupuesto y, cumpliendo uno de las leyes de la dialéctica, la unidad es unión, acostón y nacimientos de contrarios. Siguiendo la mejor costumbre de las familias encopetadas, los grillos se aman hasta donde el interés les alcance. Después vendrán los divorcios escandalosos, los abortos clandestinos y las confesiones despechadas en los medios del chisme. Toda una telenovela abierta al Bicentenario.

Pero la esperanza muere al último y creemos que no picarán el anzuelo los ciudadanos rectos que están en la mira de las votaciones. El razonamiento para no caer en la tentación de prostituirse por unos machacantes es sencillo: la decisión que se toma ata legalmente determinado periodo de vida, tanto en lo particular, como en lo colectivo. ¿Quiere el pueblo más dosis de ineptitud, desgracia, destrucción y muerte?

Porque al hacer cómplice del cochinero grillo, se mata la dignidad, el civismo y la integridad de la Nación.

Así que la vara se ha puesto bara, sin embargo, son los electores quienes definen cuánto cuestan sus convicciones.

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