POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
No cabe duda que siempre los grillos acaban mostrando el cobre.
El 20 de noviembre de 1940, el mero día de la conmemoración sagrada de la entonces fresca Revolución Mexicana, Manuel Gómez Morín, fundador del Partido Acción Nacional, expresó al Señor Presidente Lázaro Cárdenas del Río, un verdadero estadista de altura, lo siguiente: “Estima el señor Presidente que no debe retrocederse en el camino seguido respecto al petróleo, pero no se limita a ello, sino que gravemente afirma que quienes no están de acuerdo con el procedimiento de su gobierno, ‘están vinculados con el interés de los explotadores del pueblo’. Obvio, la clase política en el poder de entonces se le fue a la yugular y metieron a la oposición en el bote de la basura porque al “Tata” no se le cuestionaba, se le obedecía, dicen “eran otros tiempos”.
Setenta años después con el Partido Acción Nacional en la Presidencia de la República, el diputado blanquiazul por Sinaloa, Manuel J. Clouthier, hijo de uno de los luchadores sociales que hizo posible que la derecha rozara el poder, en una entrevista de radio declaró: "Yo digo que Sinaloa y el cártel de Sinaloa no han sido tocados, esa es una realidad, así lo vivimos los sinaloenses (...) nosotros los sinaloenses nos damos cuenta perfectamente cuando los están dejando trabajar o cuando como decimos nosotros, andan perdidos”
Julio Castellanos, vicecoordinador de la fracción panista en el la Cámara de Diputados, contestó esta belleza de los “old good times” : “Un legislador del PAN no le puede regatear al Presidente la lucha de su gobierno para combatir uno de los cánceres sociales más fuertes que tiene el país”.
“Entiendo que la dieta es muy cómoda cobrarla para todo mundo, pero si (Clouthier) se siente con malestar, es que el grupo lo invita a que el partido haga uso de esa curul con quien esté dispuesto a acompañar las políticas del gobierno de la República”, concluyó.
En suma, está prohibido, como en el “antiguo régimen”, llevarle la contra al Primer Mandatario, so pena de soltarle a los perros rabiosos y ciegos de la “lealtad” institucional.
Clouthier Junior no se amedrentó y expuso a los medios de información que: “Todo indica que Sinaloa es intocable, esto significa que en tres años de supuesta guerra contra el narcotráfico, Sinaloa no ha sido tocado. ¿Cómo debe leer uno eso? Han golpeado a todos los cárteles, menos el de Sinaloa; eso es evidente, ¿qué quiere decir eso? La narcopolítica y el narcotráfico en Sinaloa no han sido tocados”.
Independiente a la filiación política, el diputado es congruente al ventilar una “curiosidad” señalada por analistas, periodistas y gente común en cuanto a que mientras otros cárteles de la droga, en teoría, son despedazados, la organización delictiva de “El Chapo Guzmán” permanece completita, incluso, hasta con el jefe de jefes en libertad, después de fugarse de la cárcel años ha y sin que la policía se preocupe por encontrarlo.
Imitando los arrancones sentimentales de los dinosaurios, la bancada del PAN exigió que Clouthier hiciera una disculpa pública a Felipe Calderón y renunciara al puesto porque el señor de Los Pinos es incuestionable.
Es significativo que a la represión de los comentarios de diputado sinaloense sumemos la ruptura y el fuego amigo del panismo contra el Secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, o cualquier militante que tome distancia de los señalamientos de arriba.
El neopanismo se desenmascara y en voz de Germán Martínez, clon renegado de Calderón, el punto medular de esta coyuntura política es que “las alianzas son prácticas. Nosotros buscamos el poder político, para eso somos un partido, por eso buscamos la política. Es falso y es un simulador el político que diga que no quiere el poder”.
Eso es claridad. Pero es una pena que las décadas que le llevo al Partido Acción Nacional ganarse a los intereses creados de la República, una caricatura cruel de intolerantes, cobardes, frustrados e inútiles pretenden asumir un liderazgo democrático que no pueden ni pronunciar.
En el año del Bicentenario y el Centenario, la mordaza es la respuesta rápida del grillo que una noche se soñó político.
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