POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
En eso de las categorías musicales mantengo prudente duda. Para mí, simplemente existen excelentes y pésimos representantes. El resto, oscila entre la excelencia parcial y la mediocridad rentable.
Por ello, el deceso de la cantante e intérprete estadounidense de Blues, Rock, Soul y Rhythm and blues, Jamesseta Hawkins, (Los Ángeles, 25 de enero de 1938 - Riverside, California, 20 de enero de 2012 ), reconocida mundialmente como “Etta James”, deja un vacío extremadamente difícil de llenar.
Pasando por el entrenamiento típico de las cantantes negras de ese país, Etta fue cantante de Gospel, en el coro de la Iglesia de su barrio en Los Ángeles, y desde los cinco años hizo interpretaciones en la radio, bajo la tutela e instrucción del profesor James Earle Hines. Se trasladó a San Francisco en 1950, formando de inmediato un grupo con otras dos cantantes. Cuanto tenía 14 años, presentó su primera audición con el director de orquesta Johnny Otis.
A petición de su madre, Etta regresó a Los Ángeles para grabar "Roll With Me Henry" con la banda Otis y el vocalista Richard Berry para la compañía discográfica Modern Records. Con el trío “Peaches”, "Dance With Me, Henry" llegó a los primeros puestos de las listas de éxitos en 1955.
The Peaches se disolvió pronto y Etta siguió cantando para Modern Records a lo largo de toda la década de los cincuenta (frecuentemente bajo la supervisión del saxo Maxwell Davis). "Good Rockin' Daddy" fue otro éxito a finales de 1955, aunque otras canciones como "W-O-M-A-N" y "Tough Lover" no lo fueron tanto.
En 1960 comienza a trabajar con la mítica compañía discográfica Chess Records de Chicago, cantando para la subsidiaria Argo. Existe una recreación cinematográfica de esa época legendaria en la película “Cadillac Records”.
Inmediatamente, su carrera alcanzó un nivel altísimo de popularidad. No sólo hizo un par de dúos con su novio (el cantante líder de los Moonglows, Harvey Fuqua), sino que individualmente grabó canciones como la apasionada balada "All I Could Do Was Cry", cabeza de las listas de éxitos de R&B del momento.
Leonard Chess, dueño de la disquera, entendió a Etta como una cantante clásica de baladas con un potencial añadido para la canción popular, e hizo que la acompañase una orquestación de violines para su grabación de los temas At Last y Trust in me en 1961.
No obstante, Etta, “la ingobernable”, no abandonó su lado más áspero: en 1962 grabó "Something's Got a Hold on Me", con tonos de Gospel, en 1963 un vibrante disco en directo (Etta James Rocks the House) grabado en el New Era Club de Nashville, y en 1966 un dueto blusístico, "In the Basement", con su amiga Sugar Pie De Santo.
En 1967 grabó uno de sus temas clásicos, "Tell Mama", una balada soul optimista que contrastaba con otros temas más dramáticos de la misma sesión como "I'd Rather Go Blind". A pesar de la muerte de Leonard Chess, Etta permaneció en la compañía hasta 1975, aproximándose finalmente a la música rock.
Inmersa en la ruta dura de las “blues mamas”, Etta atravesó serias dificultades sentimentales y de salud, tras unos años difíciles, regresó en 1988 con un disco para Island titulado Seven Year Itch, que reafirmó su maestría en el soul sureño.
Sus siguientes discos fueron variados, aproximándose tanto a la música más contemporánea (en 1990 con Sticking to My Guns) como a la emotividad más explícita (en 1992 con The Right Time), pasando por algunas aproximaciones al jazz y a la música navideña, como en 1998 con Etta James Christmas.
El 23 de diciembre de 2011 fue ingresada en un hospital de California con una leucemia terminal. La cantante, ganadora de tres premios Grammy, que había luchado contra la obesidad y fue adicta a la heroína durante muchos años, falleció el 20 de enero de 2012 a los 73 años, según anunció su amiga y representante Lupe de León.
Al igual que otras terribles perdidas, la muerte de Etta James va cerrando las páginas de un capítulo fundamental en la historia musical de los Estados Unidos y en la memoria colectiva de la humanidad.
Mediante la fuerza de su canto y la congruencia de su personalidad, Etta ofreció una lectura opuesta a la imagen políticamente correcta de la mujer de color al estilo Diana Ross, y mostró sin exageraciones la intensidad de esas damas, cuya sexualidad está atada eternamente a los géneros musicales de la negritud.
¡Descanse en paz, SEÑORA!
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