lunes, 13 de febrero de 2012

EDITORIAL: MÁS POBRES CON CALDERÓN

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

No es grilla. Es información oficial. En tres años de administración calderonista, la pobreza en México alcanzó a tres punto dos millones de personas, según informó Consejo Nacional de la Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).

En 2008 había 48.8 millones de mexicanos en situación de pobreza, en 2010 la cifra aumentó a 52 millones, lo que representa cerca de la mitad de la población, de 112 millones. El dato engloba a aquellos en pobreza moderada y en pobreza extrema.

El primer índice cuenta a aquellos que ganan menos de 2,114 pesos al mes en zonas urbanas y 1,329 pesos al mes en zonas rurales. La pobreza extrema se refiere a los que ganan menos de 978 pesos al mes en zonas urbanas y 684 pesos al mes en zonas rurales.

Poniendo las cifras en concreto, SÓLO UNO DE CADA CINCO MEXICANOS TIENE INGRESOS SUFICIENTES PARA CUBRIR TODAS SUS NECESIDADES (alimentación, vivienda, salud) ya que el 19.3% de la población (21.8 millones) no son pobres ni tienen carencias de ningún tipo. 4.1 millones de personas no tienen acceso a la alimentación.

Las entidades donde más aumentó la pobreza fueron Veracruz, Guanajuato, Chihuahua, Oaxaca y Baja California. ‎En Michoacán, Morelos, Coahuila y Puebla descendió.

Pese al ascenso de la pobreza moderada, la población en situación de pobreza extrema se mantuvo en 11.7 millones de personas, lo que representa el 10.4 % de la población. Los estados en los que se elevó este índice fueron el Estado de México, Veracruz, Jalisco, Yucatán y Querétaro. Sin embargo, en Puebla, Michoacán, Chiapas, Guerrero e Hidalgo disminuyó.

Gonzalo Hernández Licona atribuyó el ascenso del número de pobres a la caída generalizada de los ingresos de los mexicanos por la crisis económica.

El anterior informe del CONEVAL, de 2008, situaba la cifra de pobreza en 44.7 millones de personas. Aquellos datos señalaban el ritmo lento del descenso de la pobreza de 1992 a 2006, pero con "una reducción importante" desde 1996.

Omitiendo la cobertura de apariencias, el empobrecimiento nacional obedeció a la incapacidad del gobierno federal en aplicar una política productiva eficaz y circunscribir la prioridad del país a una guerra interna de escasos resultados positivos y temibles desgracias populares.

De no enderezar el barco, el volumen de la pobreza moderada será mayor precisamente por la vulnerabilidad de los sectores bajos de la pirámide económica al cerrarse opciones de supervivencia laboral.

Que el 10.4% de los mexicanos sean pobres extremos y que 4.1 millones de ellos no tengan acceso a la alimentación ofende la presunción demagógica “democrática” de cualquier partido político y suspirante presidencial correspondiente.

Es una vergüenza que siglos después de nuestro nacimiento como Nación el reclamo generalizado sea precisamente erradicar la pobreza.

Tal y como lo hemos comentado, los programas sociales actuales son maquillaje en el dolor de ese México amargo que espera (y seguirá esperando) la reivindicación justa.

En teoría entre 2008 y 2010, la cobertura en los servicios de salud, educación y servicios básicos de vivienda aumentaron en casi todas las entidades federativas, esto no fue suficiente para que más personas dejaran a pobreza, simplemente por el espantoso sarcasmo que para acceder a ellos se requiere un recurso mínimo inexistente.

¿Cuánto de este problema se podría resolver quitándole a los partidos, instituciones decorativas, funcionarios de papel y procesos electoreros los abultados presupuestos que desperdician?.

Casi la mitad de la población nacional es pobre y todavía nos preguntan ¿por quién vamos a votar?.

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