miércoles, 15 de febrero de 2012

DIVERSIDAD SEXUAL: EL COSTO DEL CELIBATO CATÓLICO

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

No es reciente. Desde hace varios siglos atrás, tanto dentro y fuera de la Iglesia Católica, se han manifestados llamados a la seria renovación de los principios que rigen la vida sexual de los sacerdotes. La represión de ese aspecto fundamental en el desarrollo y la realización de los hombres y las mujeres sólo genera mayores problemas a los que resuelve.

La revelación del cardenal Joseph William Levada en cuanto a que en los últimos 10 años, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha recibido denuncias sobre más de cuatro mil casos de abusos sexuales de eclesiásticos contra menores de edad, es solo la punta de un iceberg que de no corregirse verdaderamente acelerará la descomposición de la Iglesia y de las aberraciones que ha propiciado.

No es que la gente no crea en las enseñanzas católicas, simplemente no acepta los crímenes graves de algunos de sus representantes que lejos de ser castigados, son manejados con privilegios inadmisibles por simple humanidad.

A pesar de la cifra, el prelado reconoció que existe un 'dramático aumento' de denuncias de abusos sexuales de religiosos contra menores y que ha quedado en evidencia 'por una parte lo inadecuado de una respuesta exclusivamente canónica (de derecho canónico) a esta tragedia y por la otra la necesidad de una respuesta más compleja'.

El cardenal aseguró que de parte del Papa Benedicto XVI, del Vaticano y de las conferencias episcopales existe el 'máximo compromiso para encontrar los mejores modos de ayuda a las víctimas'.

También con el objeto de 'proteger a los menores y formar sacerdotes de hoy y mañana para que sean conscientes de esta plaga y para que sea eliminada del sacerdocio'.

Levada recordó lo que Benedicto XVI ha hecho para enfrentar el problema desde que en 2001 y 2002 explotó el escándalo de abusos sexuales del clero en Estados Unidos.

'Quiero expresar mi gratitud personal al Papa Benedicto XVI, que entonces como prefecto (de la Congregación para la Doctrina de la Fe) fue determinante en implementar nuevas normas para el bien de la Iglesia', afirmó.

'Pero el Papa ha sufrido ataques por parte de los medios en estos últimos años en varias partes del mundo, cuando en cambio debería haber recibido la gratitud de todos nosotros, en la Iglesia y fuera', añadió.

Aclaremos que estas críticas no se centran en la figura del Papa sino en la complicidad que tuvo en manejar los abusos sexuales, tratando de no afectar los intereses de algunas ordenes, subestimando el clamor de justicia de las víctimas.

No es cuestión únicamente de ofrecer dinero y voltear a otro lado. Las denuncias, saltando el orden penal, marcan a hierro candente las deficiencias psicológicas de individuos que en cualquier país estarían amenazados por las rejas, y no en centros de rehabilitación aguardando el castigo divino.

Quizás, aunque suene a herejía, el catolicismo debe de meditar en la posibilidad de una transformación radical de ciertos postulados, útiles en el pasado, pero inoperantes en el presente.

La aceptación de la sexualidad humana no desmerita la espiritualidad del hombre. Al igual que otras religiones universales, consideramos, que los ministros de culto al compartir plenamente las realidades de la existencia: pareja, familia, hijos, sirven mejor a las comunidades, en vez de programarlos para que luchen contra de instintos que terminan por devorarlos.

Nunca es tarde.

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