miércoles, 22 de febrero de 2012

ASUNTOS EXTRANJEROS: SIRIA

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Más que una “primavera árabe”, las revueltas populares en diferentes países islámicos de África son adecuaciones políticas al nuevo orden mundial, donde progresivamente el esquema de las dictaduras está en franca decadencia.

Difícilmente estas movilizaciones generales alcanzarían por sí solas el poder sin la injerencia de intereses externos que han facilitado la inclinación de la balanza. Como en la era de la “Guerra Fría”, Estados Unidos y sus aliados, junto a la infaltable Rusia, tornaron esa región del mundo en un tablero de ajedrez en el que se juega el equilibrio de sus fuerzas locales.

Por ende, la Rebelión en Siria de 2011-2012, que ocurre en Medio Oriente, no es la excepción.

Como calca de un proceso ordenado, los rebeldes sirios, al igual que los de Túnez, Egipto y Libia, en su momento, demandan más libertades y plena democracia, así como también un mayor respeto de los derechos humanos.

Y al igual que los regímenes depuestos, el gobierno de Siria ejerce la represión total como único camino para mantenerse.

En la guerra de información, se asegura que las tropas sirias y fuerzas de seguridad asesinaron unos 7.000 civiles, detuvieron o desaparecieron entre 9.000 y 15.000 personas, e hirieron a miles.

Este tipo de protesta no tiene precedentes desde la masacre de Hama en 1982, donde se estima que fueron asesinadas entre 10.000 a 25.000 personas.

Mientras las protestas continúan, el gobierno sirio utiliza diversas tácticas, como el envío de tropas militares con tanques y helicópteros artillados, así como también francotiradores para disparar a cualquier persona que camine por las calles. Las órdenes del ejército sirio son las de realizar fuego real contra los manifestantes. Los soldados que se nieguen a acatar dichas órdenes son ejecutados por el propio ejército sirio, en un escenario similar al de la guerra civil libia. Desertores del ejército sirio han informado de la matanza de cientos de soldados por negarse a disparar contra los manifestantes, y que se realizan violaciones en masa. Miles de soldados iraníes y mercenarios de Hezbollah ingresaron a territorio sirio para ayudar al ejército, y son estos los que llevan a cabo gran parte de las ejecuciones en masa de soldados.

Al momento del levantamiento civil, Siria se encontraba bajo "estado de emergencia" desde 1962, encontrándose suspendidas la gran mayoría de las leyes constitucionales que protegen a los ciudadanos.

El régimen instaló un estado policial, suprimiendo toda manifestación pública en contra del gobierno. Los disturbios civiles durante todos estos años fueron reprimidos con gran severidad, provocando en ocasiones decenas de miles de muertes, como en la masacre de Hama. El gobierno sirio justificó el interminable "estado de emergencia" señalando el hecho de que Siria se encontraba en estado de guerra con Israel.
Desde 1963, tras un golpe de estado, Siria es controlada por el secular Partido Baath., a pesar de los cambios en el poder, como el golpe de estado de 1966 y el de 1970. Según los dirigentes Siria se rige por el unipartidismo nacionalsocialista.

A través del golpe de estado de 1970 se encumbró Hafez al-Assad al frente del poder como presidente, liderando el país durante 30 años, prohibiendo la creación de cualquier partido político de oposición y a participar a cualquier candidato de la oposición en una elección.

En 1982, en un clima de insurgencia islámica en todo el país que duró seis años, Hafez al-Assad, llevó a cabo una táctica de "tierra quemada" contra la política de la ciudad de Hama, para sofocar una revuelta islamista de la comunidad sunita, incluidos los Hermanos Musulmanes entre otros. Durante estas operaciones de limpieza étnica, decenas de miles de personas murieron.

El actual presidente Bashar al-Assad se encuentra en el poder desde el 17 de julio de 2000 sucediendo a su padre, Hafez al-Assad.

El Frente Nacional Progresista es la única coalición del parlamento, compuesto principalmente por el Partido Baath (134 asientos), y otros nueve miembros que representan a 35 partidos políticos.

La familia Assad pertenece a la minoritaria secta alawita, una rama del Islam chiita, que es de solo un 12.6 por ciento de la población de Siria, pero tienen mayoría en los altos cargos del ejército, y mantiene "un férreo control" sobre la población con los servicios de seguridad de Siria, generando "un profundo resentimiento" entre los musulmanes suníes que constituyen las tres cuartas partes de la población de ese país.

Las conexiones de la familia están presentes entre la mayor parte de los políticos más importantes de Siria. Bastantes miembros cercanos de la familia de Bashar al-Assad han obtenido puestos en el gobierno desde la ascensión de su padre al poder.

El presidente Bashar al-Assad declaró prematuramente que su estado era inmune a los tipos de protestas masivas como las que tuvieron lugar en Egipto.

Bouthaina Shaaban, un asesor presidencial, culpó a los clérigos suníes y predicadores por incitar a la rebelión a los seguidores de la secta suní, tal como el sermón incendiario del jeque Youssef al-Qaradawi de Doha, Qatar, del 25 de marzo de 2011.

El gobierno sirio está basado casi exclusivamente en las unidades de los servicios de seguridad, dominadas por la secta alawita, para luchar contra la insurrección.

Al-Assad está rodeado por sus familiares con una reputación de crueldad. Su hermano menor Maher al-Assad, se encuentra al mando de la Cuarta División Blindada, mientras que su cuñado, Assef Shawkat, es el jefe del Servicio de Inteligencia del estado. Su familia teme que un fracaso frente a los manifestantes podría envalentonarlos, teniendo como consecuencia una mayor cantidad de manifestantes en las calles. Muchos políticos opositores están siendo encarcelados.

Obviamente, los Derechos Humanos, según la interpretación occidental, son inexistentes.

Uno de los brazos ejecutores de la violencia oficial es la Shabbiha (en árabe: الشبيحة, de la palabra shabah, شبح, lit. "fantasma", y que a veces se refiere también a los Mercedes Benz usados en el pasado por la familia al-Assad y sus aliados), una banda formada por más de 3000 miembros, financiada por la familia al-Assad, con autoridad para arremeter contra el pueblo en las protestas antigubernamentales, a pesar de que los manifestantes no tienen armas. Los miembros de shabbiha son descriptos por los medios de comunicación locales como los mercenarios de al-Assad.

Los shabbiha son acusados de violar los derechos humanos, no sólo por los medios de comunicación locales, sino también por los internacionales, especialmente después de que cientos de vídeos han sido expuestos a través de los medios sociales de la web como Facebook y YouTube.

En el puerto de Tartus existe la única base militar de Rusia en el extranjero.

El Ejército Libre de Siria (en árabe: الجيش السوري الحر, Al-Jayš as-Suri al-Ħurr), también llamado Movimiento de Oficiales Libres (en árabe: حركة الضباط الأحرار) es el principal grupo de oposición armada en Siria. Se compone de desertores de las Fuerzas Armadas Sirias (FSA) que participan en la Rebelión en Siria de 2011. La formación de un grupo de oposición en el seno del ejército fue anunciada el 29 de julio de 2011 en un vídeo publicado por un grupo de desertores uniformados de las fuerzas castrenses sirias, que hacían un llamamiento a otros miembros del ejército para que desertaran y se unieran a ellos. Su líder, que se identificó como Coronel Riyad al-Asad, anunció que las FSA colaboraría con los manifestantes para derrocar el sistema y declaró que todas las fuerzas de seguridad que atacaran a los civiles serían “blancos” justificados. Riyad al-Asad hizo énfasis en que el ELS no tiene otro objetivo político que la liberación de Siria de las manos del régimen de Bashar Al Assad.

Al margen de la censura internacional ante la barbarie de las autoridades sirias, en realidad, en semejanza a otros ejemplos de la primavera árabe, el conflicto enfrenta, para variar, a los Estados Unidos, Rusia y China que, por razones geopolíticas y financieras, no logran conciliar una pacificación del país sin resentir merma en sus objetivos políticos.

El mundo árabe ha reaccionado de acuerdo a la distancia que tienen sus nexos con Siria y, por supuesto, terminarán alineados a la potencia ganadora del escarceo diplomático.

Lo que es un hecho terrible es que, invariablemente, el pueblo será el mártir de una causa que lo pondrá en otras manos, pero no en las de la libertad.

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