POR.- EL OGRO
De buenas a primeras, y por que hay que repetir las eternas promesas de campaña, el gobierno de la República, a través de la Secretaría de Educación Pública “alerta” sobre un problema endémico al país, por lo menos desde la Independencia: la imposibilidad de los jóvenes para ingresar a instancias de educativas de nivel medio.
Según un informe de la SEP, durante el ciclo escolar cada 25 segundos, en promedio, un joven decide no seguir estudiando y abandona el bachillerato.
Aunque la estimación corresponde al ciclo escolar 2009-2010 del programa Síguele, caminemos juntos, que realizó la dependencia en colaboración con la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).
La estimación hecha en el ciclo escolar, 2008-2009, arrojó cifras similares al anterior pues se calculaba que por día 3 mil 114 jóvenes desertaron a diario del bachillerato.
Las estimaciones, contenidas en el informe referido, que fue concluido en el año 2011, fueron realizadas tomando en cuenta que el ciclo escolar tiene una duración de 200 días.
En el estudio del programa Síguele, caminemos juntos, la subsecretaría de Educación Media Superior, a cargo de Miguel Ángel Martínez, detalla que hasta 2010 se tenía un nivel de deserción anual de 15% del total de jóvenes que asistían a la escuela.
El documento considera que “los niveles de abandono escolar siguen siendo preocupantes y su magnitud no sólo afecta la calidad de vida de los jóvenes, sino también tiene repercusiones económicas y sociales en el país”.
El informe sostiene que de la matrícula registrada de 3 millones 923 mil 822 en el nivel de bachillerato en el ciclo escolar de 2008-2009, se calcula que 622 mil 830 desertaron de las aulas.
La Secretaría estima que por cada uno de los 200 días de clases, salieron del sistema 3 mil 114 alumnos diarios durante ese ciclo.
En el apartado de “Justificación” del programa se plantea que el propósito es disminuir la deserción y la reprobación escolar, en particular en las opciones de bachillerato dependientes de la SEP, tales como el Conalep, el Colegio de Bachilleres y las opciones agropecuarias, tecnológicas e industriales.
Los jóvenes de 15 a 19 años de edad que dijeron —en la Encuesta Nacional de la Juventud 2005— haber abandonado la escuela señalaron como las principales causas el que “tenía que trabajar” y “porque ya no me gustaba estudiar”, como los motivos centrales de su decisión, dice el estudio.
Al seguir a un grupo de jóvenes que ingresaron en 2005 a las escuelas de este nivel, se encontró que de un total de 62 estudiantes inscritos sólo 47 terminaron el primer año. Es decir se “perdieron” 15 jóvenes en ese trayecto, pero en al segundo año sólo se inscribieron 39 y al tercero 38 alumnos; es decir, cuatro de cada 10 desertó.
De ese grupo sólo 28 lograron convertirse en universitarios en 2010, ejemplifica la secretaría sobre lo ocurre en una sola generación.
Las explicaciones del fenómeno son muchas, sin embargo, en cada historia subyace un problema financiero y productivo. El empobrecimiento real de los mexicanos afecta directamente en las posibilidades que sus hijos culminen una preparación básica o profesional. Los gastos son fuertes y la recuperación tambaleante.
No basta, ya lo hemos comentado, que se vuelva obligatorio constitucionalmente curar el bachillerato. Dentro de la caída de los ingresos, se pondera siempre la subsistencia y la preparación. Tampoco es solución regalar becas a diestra y siniestra, abaratando la exigencia y el compromiso educativo de los estudiantes.
El remedio ataca directamente al sistema integral que nos ha sido impuesto desde las elites, en el cual entre la cumbre y la base existen infranqueables abismos de injusticia y atraso, mantenidos para la vigencia del status quo.
Se pretende educar sin afectar privilegios y escalas social. Cosa, de antemano, destinada al fracaso.
Por ende, la tentativa de la SEP a intensificar la campaña de inscripción para las 400 mil becas disponibles en la educación media superior es una maniobra estéril y electorera. Estéril debido a desear apagar un incendio con buches de agua, y electorera como una simple estrategia para convencer a los indecisos que este sexenio sirvió para algo más que apilar muertos.
Así que el anuncio de la SEP que se amplió el plazo, al 22 de febrero, para que los jóvenes puedan inscribirse en el proceso que les lleve a obtener una de las becas que anunció el presidente Felipe Calderón hace dos semanas, muestra la decepción del público al que fue dirigido el mensaje y el “entusiasmo” de la autoridad para cumplir las cuotas prometidas a Los Pinos.
De igual manera se amplió el plazo de registro para los estudiantes universitarios que aspiran a obtener una de las 600 mil becas que se distribuirán a los alumnos de nivel licenciatura.
Los interesados en acceder a este beneficio deben acudir a su plantel y solicitar la documentación correspondiente, o pedir informes en el teléfono 01800 11 23227.
En teoría no se pide nada a cambio, quizás sólo creer que la instrucción recibida en un raquítico esquema educativo nos salvará, por interacción divina, de estar colocados en los últimos lugares en conocimiento cultura del orbe.
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