POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE Y EL DODO DE HUMOR NEGRO
No viene al caso la euforia del Partido de la Revolución Democrática por haber ganado la gobernatura del estado de Guerrero.
Decimos esto al observar en la lista de artífices del triunfo al ex priísta Manuel Camacho, el ex priísta Marcelo Ebrard, el ex priísta Luis Walton y el ex priísta Ángel Heladio Aguirre, abrazados todos, celebrando el triunfo... de una alianza que apesta al tricolor reloaded.
La contienda electoral quedó marcada por la guerra sucia política (acusaciones, espionaje, dinero en exceso, recursos públicos, difamaciones), delineando la tónica para los comicios de 2011 y 2012: vale madres el medio; el fin lo justifica.
Dando una muestra de las peores mañas de la grilla institucional, los hijos putativos de la revolución se dieron hasta entre ellos con tal de no perder los acuerdos ganados. De esta manera es comprensible, que a pesar de la horrible herencia del gobernador saliente, las “fuerzas vivas” le hayan apostado a otro jijo de similar calaña. ¿No nos creen? Regresen a lista de los compadres llevados al bautizo.
El Tribunal Electoral Federal, fiel a su falta de tamaños, avalará el resultado y dejará a la política partidista en la dimensión real que alcanza: un desgreñadero de viejas chimiscoleras enseñando las pantaletas pestilentes.
Guerrero fue una derrota tripartita para el priísmo autorizado. Manlio Beltrones perdió a so gallo, Manuel Añorve, que ni pa’ caldo sirvió. Enrique Peña Nieto mentó madres porque de lo prometido nada y las alianzas empiezan a servir al Partido Acción Nacional y al Partido de la Revolución Democrática para abrirse de piernas a los renegados traidores del trip, y en corto, le pueden perjudicar la sucesión del Estado de México en este año, y la que quiere en 2012: la mera silla del muerto. Betty Walls ni fu ni fa. Se lavó las manos como la hara en Baja California Sur, de cumplirse los augurios. No obstante, ahí anda de caliente diciendo que ora sí se la pellizcan y que va a tundir al calderonismo por ojeis. Los vitalicios René Juárez y Rubén Figueroa, ex gobernadores, declinan la oportunidad de colgarse una medalla de intocables. Les crecieron los mugres enanos.
Andrés Manuel López Obrador también tendrá que recular a la oposición aliancista. El mentado jueguito está funcionado.
Del PRD poco se puede decir, al acostumbrarnos al chaquetazo ideológico con tal de seguir succionando la ubre del presupuesto.
En contra parte está el ganador absoluto Marcelo Ebrard, porque fue el principal impulsor de la coalición en torno a Ángel Aguirre, lo visitó numerosas veces para hacer campaña, mandó a los delegados del DF como operadores electorales, usó recursos materiales y financieros para respaldar a títere... y le salió.
Calderón, a regañadientes, acepta el resultado favorable al esquema de pegarle al PRI y a Peña Nieto antes que se le vayan en la intención del voto presidencial.
Jesús Ortega, Gustavo Madero, Manuel Camacho y una larga relación de oportunistas marrulleros afirman que ya se jodieron al adversario.
¿Y el crucificado? Será Guerrero con su violencia extrema, el crimen organizado y la corrupción sin miramientos que ha hecho del estado, un paraíso de terror y
anarquía.
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