POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Reviviendo la paranoia conservadora del antiguo régimen, la secretaria de Seguridad Interna (DHS), Janet Napolitano, aseguró que Estados Unidos se encuentra listo para defenderse "vigorosamente" de la amenaza de los cárteles y reconoció que desde hace tiempo la administración ha contemplado la posibilidad de que la organización terrorista de Al Qaeda intente aprovecharse de las redes operativas del narcotráfico en México para atacar desde ahí territorio estadounidense.
Obviamente, por cuestiones de seguridad, la funcionaria no se extendió en el tema, pero aseguró que lo dicho está fundamentado en un análisis de inteligencia, a pesar de hallarse en una audiencia pública ante el comité de seguridad interior de la Cámara de Representantes.
Con la premisa "Desde hace mucho tiempo hemos pensado por anticipado qué pasaría si Al Qaeda se uniera con Los Zetas", Napolitano expresó que la administración de Barack Obama se mantiene "muy vigilante de la guerra al otro lado de la frontera", del "nivel sin precedentes de violencia atizada por la lucha de los cárteles por el control de territorio" y de los "crímenes terribles" que se han acumulado a lo largo de una cruzada que ha hermanado los esfuerzos de México y Estados Unidos.
"Estamos trabajando muy de cerca con el gobierno de (Felipe) Calderón y necesitamos estar al lado de México hasta el final de esta guerra", observó Napolitano al reiterar así el apoyo de la administración Obama a una lucha que se ha cobrado más de 30 mil víctimas desde el inicio del actual sexenio. Sin embargo, amenazó "Ni se les ocurra traer esa guerra hacia Estados Unidos, porque se enfrentarán a una reacción aplastante".
Como lo hemos apuntados los DODOS, para Estados Unidos la guerra del narcotráfico en México es correcta siempre y cuando no los salpiquen y no les metan en problemas internos. La sangre derramada el sur de la frontera no tiene que penetrar a la casa. Mientras se cumpla ese requisito, los dólares fluirán y los palomazos administrativos serán ensalzados.
"Nos mantenemos muy, muy vigilantes de esa guerra, pues según la señora "Sería preocupante que organizaciones terroristas se aprovecharan de las redes de los cárteles para tratar de exportar sus acciones". De esta manera, se comienza a filtrar la obsesión de Washington sobre los riesgos de una posible infiltración de los cárteles a manos de células terroristas. Se olvidó que en el atentado del 11 de septiembre de 2001, Al Qaeda no necesitó vincularse a otras facciones, logrando derrumbar el mito de la invulnerabilidad imperial.
No obstante, enrareciendo al ambiente, Napolitano apuntó, en torno a la posibilidad de que la Guardia Nacional extienda su permanencia en la frontera con México a partir de junio, cuando vence la fecha de su desplazamiento, "Aún no tengo respuesta a esta interrogante, pero supongo que será una decisión que se tomará una vez que la Casa Blanca y el Departamento de Defensa analicen la situación".
La insistencia en grandes actos propagandísticos, en vez de acciones legales y judiciales que corten el suministro de recursos financieros y materiales para el crimen organizado en México, hacen sospechar que los Estados Unidos avientan la piedra y esconden la mano. Es un hecho siniestro que las ganancias del narcotráfico bendigan los bolsillos de quienes perjuran no tener nada que ver en los ilícitos.
"Esta amenaza está evolucionando y [...] no podemos garantizar que nunca habrá otro ataque terrorista y no podemos aislar a nuestro país bajo un domo de cristal".
En efecto, en tanto los Estados Unidos mantengan la actitud de mover al mundo a su conveniencia y riesgo, las reacciones adversas de las multitudes serán impredecibles. El liderazgo es un asunto explícito de responsabilidad y convencimiento que no se logra únicamente por la fuerza. Diez años después de la tragedia de Nueva York, los políticos alimenten la desmemoria.
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