POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Para la comunidad universitaria, la situación bélica que vive México es un motivo de alarma creciente y un asunto de trascendental interés nacional, que merece discutirse en las diferentes instancias implícitas en la toma de decisiones, y no exclusivamente en la voluntad del poder ejecutivo federal.
En la óptica de José Narro Robles, rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, las 34 mil 500 ejecuciones ocurridas en lo que va del sexenio de Felipe Calderón son un “fracaso de la sociedad”.
Respetando la figura jurídica del asesinato, es inviable minimizar la cifra con el argumento de que las víctimas eran miembros del crimen organizado.
“Nos equivocamos cuando pensamos en esta lucha contra el crimen organizado como una guerra. Las únicas guerras que se valen son contra la injusticia, la ignorancia y la enfermedad.
Nos equivocamos cuando creemos que las vidas, muchos de ellos jóvenes, de estas casi 34 mil 500 víctimas de esta situación, no son tan importantes porque forman parte del crimen organizado.
Nos equivocamos porque es un fracaso de la sociedad, porque esas personas, en un altísimo porcentaje, quiero pensar en que su totalidad, no deberían haber caído ni estado en condición de pertenencia a las bandas delictivas”.
La postura de Narro Robles coincidió en lo elemental con la vertida por un grupo de intelectuales y políticos sobre la necesidad de una nueva estrategia contra el consumo de drogas, partiendo de la base de que la guerra anticrimen encabezada por Estados Unidos y la ONU fracasó.
“Requerimos replantear la estructura de la sociedad, preocuparnos para que los jóvenes tengan empleo, educación; que tengan una forma digna de transitar por su juventud y, sobre todo, que los adolescentes tengan esperanza y la expectativa de vivir en un México mejor.
He llamado a que cambiemos, y sé que alguien puede pensar que eso es una simple utopía, pues convoco a que construyamos una utopía alrededor de los valores cívicos en el siglo XXI.
Lo tenemos que hacer: no puede ser el dinero, los bienes materiales, el éxito fugaz, momentáneo e inmediato lo que norme el desarrollo de la vida y, en particular, el desarrollo de los jóvenes”.
Es pertinente, en el esquema de solución del rector de la UNAM, “llamar la atención de la sociedad” para fortalecer los valores cívicos y laicos, como la solidaridad, la lealtad y la defensa de la libertad.
“Se ha vuelto un cliché (este llamado), pero requerimos un abordaje integral y para eso la educación (en general), la educación superior y la cultura es lo que nos puede ayudar a salir adelante.
La pobreza y la desigualdad son problemas que han estado con nosotros a lo largo de la historia y lo mexicanos tenemos ya que tomar la decisión para encarar eso y resolverlo, y la resolución no es por supuesto sencilla”.
Desgraciadamente, después del “apoyo” simbólico dado por los Estados Unidos a Felipe Calderón, es improbable que el “mandatario” dé marcha atrás en esta barbarie presentada como defensa de la integridad de los mexicanos a costa de una orgía sangrienta estéril. Por ende, el discurso José Narro Robles, al igual que cualquier otro notable que sustente una postura adversa a la del presidente, será considerado como una terrible equivocación. La fuerza bruta se ha convertido en el recurso supremo.
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