POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL
Los gobiernos de Francia y México compraron una bronca inflada que oculta una pugna de poderes entre una nación acostumbrada a hacerse valer, aun con en ridículo, y otra metida en el torbellino acrecentado por los demonios, que liberó un presidente intoxicado de rencor, pésima autoestima y vicios personales.
El caso de la culpabilidad o la inocencia de la ciudadana francesa Florence Cassez a los cargos de pertenencia a una banda de secuestradores ha movido los nexos diplomáticos a un nivel de extrañeza, digno de ofensas mayores y no un asunto jurídico que compete a instancias menos tremebundas.
En 2003, Florence Cassez llegó a la Ciudad de México procedente de Béthune, Pas-de-Calais, una región enclavada en el norte de Francia.
Ingresó como turista y cambió su situación migratoria a no inmigrante con actividades lucrativas, y comenzó a trabajar en la empresa Marketing and Technologys Imported y luego en Servi Bosque.
Dos años después, la mujer trabajó para un grupo hotelero y vivió con Israel Vallarta, integrante de una banda secuestradores.
El 9 diciembre de 2005, la Procuraduría General de la República anunció que había desmantelado a Los Zodiaco, una panda de delincuentes de la peor ralea, y que uno de sus integrantes era Florence. Se le relacionó con al menos 10 plagios y el homicidio de una de sus víctimas.
Ese día se vieron por televisión que un equipo de la AFI ingresó al rancho Las Chinitas, ubicado en el kilómetro 29 de la carretera México-Cuernavaca, y el momento de liberar a tres personas secuestradas.
El 10 febrero 2006, el gobierno mexicano reconoció que la detención televisiva de Cassez se trató de una recreación, y por ese detalle, Francia asume que Cassez es una chiva expiatoria en las garras del peculiar sistema judicial autóctono.
El 9 marzo 2009, la sentencia de la ciudadana francesa Florence Cassez, condenada a 60 años de prisión por su participación en una banda de secuestradores dominó la agenda de la visita de Estado del presidente de Francia, Nicolas Sarkozy a México, que advirtió la oportunidad de llevar agua a la popularidad que no le había sido benigna, enfrascándose en una campaña bastante mamerta de berrinches y salidas desafortunadas.
Al día siguiente, se realizó la primera sesión de la Comisión Binacional integrada por funcionarios de Francia y México, que analizó si era procedente que la francesa Cassez cumpliera con esta condena en su país; el gobierno mexicano pretendió con esta negociación impedir que en caso de entregarla, fuera liberada por las autoridades judiciales francesas.
El 11 mayo 2009, el testimonio “oportuno” del presunto secuestrador David Orozco, El Géminis, integrante de Los Zodiaco, hundió más a Cassez.
David Orozco la acusó de haber planeado y ejecutado varios plagios con la banda, así como cuidar a algunas de las víctimas.
El 22 junio 2009, el presidente Felipe Calderón anunció que la ciudadana francesa no sería extraditada a Francia y purgaría su condena de 60 años en México.
El 4 de febrero del 2010, el gobierno de México reiteró que el caso de la francesa Florence Cassez estaba concluido, y con base en las pruebas y evidencias presentadas era culpable de los delitos graves que se le imputaban, por lo que era primordial que cumpliera con la totalidad de la sentencia que se le impuso (60 años de cárcel), por lo que no sería entregada a las autoridades de su país.
El 18 Mayo 2010, Nicolás Sarkozy, presidente de Francia, solicitó a su homólogo mexicano, Felipe Calderón, que la ciudadana francesa fuera entregada a ese país para que allá cumpliera la pena impuesta por delitos cometidos en México.
El 4 de febrero 2010, la francesa publicó un libro en donde expone su caso, enfatizando la inocencia, e informó que va a pedir un nuevo proceso sobre la base de elementos del texto.
El 9 de febrero de 2011, las organizaciones civiles como Alto al Secuestro, de Isabel Miranda de Wallace; México SOS, de Alejandro Martí; Causa Común, de María Elena Morera, y la Asociación Nacional de Consejos de Participación Civil, de Marcos Fastlicht, exigieron al Poder Judicial "no ceder" ante las presiones de Francia en torno al caso de Florence Cassez, señalada como integrante de la banda de secuestradores conocidos como Los Zodiaco.
El 10 de febrero de 2011, el séptimo Tribunal Colegiado en Materia Penal resolvió en culpabilidad, el recurso que interpuso la francesa, luego de que un tribunal unitario la encontrara responsable de violación a la Ley Federal contra la Delincuencia Organizada, tres delitos de secuestro, portación y posesión de arma de fuego de uso exclusivo de la Armada, con una sentencia de 60 años de prisión.
El veredicto judicial ocasionó que Francia se lanzará con amenazas en todos los tonos disponibles para obligar a que México recule y encuentre una solución apropiada al interés galo, pues, transformó la causa de Cassez en un débil asunto de Estado.
La conclusión del caso no se percibe favorable para la ciudadana francesa, a pesar del tsunami gubernamental, sin embargo, es otra evidencia inobjetable del pésimo manejo de las Relaciones Internacionales en la horrenda era de Calderón.
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