AD: TELMEX, NADA PERSONAL

POR.- EL DODO DE LA MALA LECHE

Y sigue el bolero gubernamental contra Carlos Slim. Luego de tres años de desahogar la denuncia presentada por Grupo de Telecomunicaciones Mexicanas (GTM), contra TELMEX, la Comisión Federal de Competencia (CFC) resolvió sancionar a esta empresa con 91 millones 489 mil pesos, por negar la interconexión durante siete meses, entre 2007 y 2008 a la filial de la española Telefónica.

“Telmex tiene poder sustancial en el mercado y la conducta tuvo el objeto o efecto de impedir sustancialmente el acceso a otro agente económico”.

Esta es la segunda multa que aplica la CFC en menos de dos meses a las empresas de telecomunicaciones de Carlos Slim Helú. El 15 de abril de este año, esta autoridad impuso a TELCEL una sanción por casi 12 mil millones de pesos por prácticas monopólicas relativas en el mercado de la interconexión.

No obstante, conociendo los tiempos cósmicos de las dependencias federales, llama mucho la atención la celeridad con que ahora se mueven para cercar al hombre más rico del mundo, a muy pocos meses del relevo constitucional del Poder Ejecutivo.

Repitiendo el esquemita barato de las persecuciones calderonistas, el asunto Slim adquiere visos de una confrontación fuerte, en la que la administración saliente, incluyendo a sus empresarios bendecidos, tiene bastante qué perder.

El pleno de la CFC determinó que TELMEX reincidió en una práctica del mismo tipo, pues fue sancionada en 2004 por prácticas monopólicas relativas, lo cual hubiera implicado una sanción equivalente de hasta 10% de las ventas anuales o 10% de los activos de la empresa, pero se decidió un monto menor, debido a que este órgano consideró que el daño se limitó a una sola empresa en sólo siete áreas de servicio local, y a que la conducta se registró por un periodo relativamente corto. Habría que anotar la circunstancia política del momento: la mitad del sexenio foxista, pequeña cosa.

En 2004, la CFC resolvió la aplicación de una multa por 4 millones 524 mil pesos por negarle los servicios de facturación y cobranza de servicios mediante el recibo telefónico a la empresa Sistema Computarizado de Emergencia.

La actual decisión del pleno se tomó por cuatro votos a favor, a cargo de los Comisionados Eduardo Pérez Motta, Rodrigo Morales Elcoro, Miguel Flores Bernés y Luis Alberto Ibarra Pardo y el voto en contra del comisionado José Agustín Navarro Gergely.

De acuerdo con Eduardo Pérez Motta, presidente de la CFC, el nivel de la multa no siempre es el máximo permitido sino que debe ser proporcional al daño causado por la conducta sancionada por la empresa.

Públicamente, ocultando la falta de tamaños, Dionisio Pérez-Jácome, secretario de Comunicaciones y Transportes, dijo que el gobierno no trae nada en contra del empresario Carlos Slim, ni contra nadie, pues las resoluciones de la dependencia se apegan a derecho.

Sí, el derecho, según el interés burocrático. ¿Cómo es posible que se sancione a un monopolio, beneficiando a otro? ¿Dónde está el cacareado sentido de justicias, si a leguas es palpable que el gobierno brinca al aplauso de los patrocinadores?.

“Lo de la televisión lo he venido diciendo, se resolvió con base al derecho, con base a la información, lo he venido señalando, con apego al acuerdo de convergencia, y queda abierta la posibilidad de que la empresa presente una nueva solicitud con apego al acuerdo de convergencia, misma que en su caso, de así decidirlo y la empresa hacerlo, pues lo analizaremos”, comentó.

Ese argumento no lo cree el ciudadano que sabe por experiencia propia, que las leyes mexicanas operan por interpretación momentánea y no por la lógica objetiva de la norma.

Partiendo de la tradición capitalista, las próximas jugadas de Carlos Slim ventilarán el rumbo del viento electoral y, honestamente, el ganador del respaldo privado, partirá en una nave impulsada por el cobro de facturas a promesas envenenadas.

Más que jorobarse con la sucesión presidencial, los azules deberían de meditar en la capacidad destructiva que le queda aun a Felipe Calderón para quemar los puentes que sostienen el mandato y que, literalmente, acortan la permanencia de la derecha en Los Pinos.