martes, 8 de noviembre de 2011

OBITUARIOS: ALFONSO CANO

POR.- LA REDACCIÓN DODO

El Ejército colombiano arrojó más de una tonelada de explosivos durante la operación militar que acabó el viernes cuatro de noviembre de 2011 con la vida del líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Alfonso Cano, en el departamento del Cauca.

El bombardeo se registró a partir de las 08:30 horas locales (12:30 GMT) en el pequeño poblado de Chirriadero, por donde en ese momento se movía el jefe guerrillero.

La primera pista que hallaron los hombres del Ejército, tras el ataque aéreo, fue la billetera de Cano, al lado de la cual se encontraron unos periódicos y las gafas que usaba el líder de las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Luego, se inició una persecución, y tras el enfrentamiento entre los hombres del anillo de seguridad de Cano y las tropas oficiales, el número uno de las FARC murió, desarmado según algunas versiones.

Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano, nació el 22 de julio de 1948 en Bogotá y era considerado como el intelectual más destacado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), por lo que se desempeñó como el principal ideólogo político del grupo rebelde.

Su vida parecía ser común y corriente. Cano vivía con una familia estable, un matrimonio, y un hijo. No obstante, siendo estudiante de antropología y derecho de la Universidad Nacional, su naturaleza idealista y su gran don de palabra lo convirtieron en un importante líder de las Juventudes Comunistas (Juco), donde sin ser el más activista se convenció de que “la forma superior de lucha era la armada”. Su fiebre revolucionaria se potenció con el triunfo de Fidel Castro en Cuba (1968), uniéndose a las FARC bajo el nombre de Alfonso Cano a finales de los años 70, donde su protagonismo se hizo inmediatamente evidente para todos.

Para 1978, era el jefe de la comisión de Finanzas del Estado Mayor Central de la organización, a cargo de la obtención de recursos económicos (extorsiones y secuestros); lado que contrastó con su activa participación en los intentos de negociaciones de paz —con el gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), las conversaciones de 1991 en Caracas, y Tlaxcala (México) en 1992—. Pero sobre todo resaltó su liderazgo en el Caguán (1999-2002). Primero, el 29 de abril de 2000 lanzó el Movimiento Bolivariano por la Nueva Colombia —cuya dirección asumió en el 2001—, una opción política clandestina de izquierda que surgió desde la octava conferencia guerrillera (1993). Luego, presentó un plan para reemplazar los cultivos de coca, legalizar la droga e invertir en prevención.

De ideólogo político y jefe del bloque occidental de las FARC, pasó al mando de la organización tras la repentina muerte de Manuel Marulanda, Tirofijo —el 26 de marzo de 2008— y el fin del Mono Jojoy —en septiembre de 2010—.

Así, hoy, la cúpula se enfrenta al fin de una era histórica de las FARC y el inicio de un capitulo incierto. El gobierno colombiano ofrecía una recompensa de hasta 3,7 millones de dólares por información que delatara su paradero. El Departamento de Estado de EU lo acusó de ser responsable de la fabricación y exportación de cocaína hacia ese país y ofrecía por él una recompensa de hasta cinco millones de dólares.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia - Ejército del Pueblo o FARC-EP es un grupo guerrillero que se autoproclama marxista-leninista.

Las FARC operan en Colombia y en las regiones fronterizas de Brasil, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela. Son partícipes del conflicto armado colombiano desde su conformación en 1964 y son dirigidas por un secretariado de siete miembros que estuvo bajo el comando de Pedro Antonio Marín, conocido por los alias de Manuel Marulanda o Tirofijo hasta su fallecimiento en marzo de 2008. Desde entonces, su líder en jefe fue Guillermo León Sáenz alias Alfonso Cano hasta su muerte violenta el día 4 de noviembre de 2011.

Las FARC son consideradas como una agrupación terrorista por 34 Estados (Colombia, Chile, Perú, Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda y la Unión Europea ). Sin embargo, gobiernos de otros países latinoamericanos como Ecuador, Brasil o Argentina no le aplican esta calificación. El gobierno venezolano de Hugo Chávez ha solicitado que se le otorgue un estatus de grupo beligerante y no las considera terroristas, y probablemente las financie desde la clandestinidad. Sin embargo en Agosto de 2010, manifestó que las FARC no tienen futuro e igualmente les pidió liberar a los secuestrados.

En el año 2010, se estimó que las FARC estaban presentes y ejercían su influencia en algunas zonas de 24 de los 32 departamentos de Colombia, sobre todo al sur y oriente del país, concretamente en Putumayo, Tolima, Nariño, Cauca y Valle del Cauca. El gobierno de Colombia ha reportado la existencia de operaciones militares y campamentos en los países que tienen frontera con Colombia, como Venezuela, Ecuador, Panamá y Brasil.

Sus acciones consisten en narcotráfico, guerra de guerrillas, así como técnicas terroristas; como la implantación de minas antipersona, el asesinato de civiles, miembros del gobierno, policías y militares, el secuestro con fines políticos o de extorsión, atentados con bombas y armas no convencionales (cilindros de gas, animales bomba), y actos que han provocado desplazamientos forzados de civiles.

Su número de efectivos varía según las fuentes, en 2001 se estimaban hasta en 16.000, pero luego de las derrotas sufridas posteriormente, el grupo se fue desintegrando. Sin embargo, pese al debilitamiento sufrido, producto de la muerte de sus principales cabecillas, las Fuerzas Militares de Colombia, a través de su excomandante Edgar Cely comunicaron el 26 de diciembre de 2010 que las FARC cuentan con 18.000 integrantes; estimaron que 9.000 de estos integrantes son combatientes armados y los otros 9.000 son milicianos que cumplen trabajos de inteligencia y sirven de apoyo en labores de logística en pueblos y ciudades. Según un informe de Human Rights Watch, aproximadamente el 20-30% son menores de 18 años, muchos reclutados forzosamente.

La muerte de Alfonso Cano no significa la desaparición de las FARC, sólo el deterioro agresivo de un movimiento desvirtuado que supone en la violencia un camino para la construcción de un país a su medida, y no a la del pueblo que dice defender.

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