POR.- EL OGRO
Siguen los misterios. Los funcionarios accidentados siguen a la alza y las autoridades declinan esclarecer algo.
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Dionisio Pérez Jácome, aseguró que las investigaciones para esclarecer el accidente en el que murió el secretario de gobernación, José Francisco Blake Mora, podrían rebasar el año.
Pongamos números y si bien nos va, por ahí del final del sexenio chance y nos acercamos al veredicto definitivo.
El secretario dijo que las evidencias recabadas demuestran que la caída del helicóptero fue a causa de un accidente, pues no existen muestras que indiquen lo contrario.
Ignoramos qué tipo de accidente, pero accidente al fin, se consuela el Ogro.
Gilberto López Meyer, Director General de Aeropuertos y Servicios Auxiliares, dio a conocer los detalles del desplome de la aeronave, la cual cayo completa y se fue desquebrajando durante el impacto.
De tal forma que los rotores de la aeronave mantenían una velocidad idónea para su transito, por lo que no se tienen indicios de que buscarán aterrizar.
Ante este elemento se demuestra que la caída del helicóptero se realizó de manera vertical, y en el primer impacto se comenzó con la dispersión de las piezas delanteras.
Pérez Jácome indicó que se siguieron seis elementos fundamentales que permiten la comprensión del incidente:
1.Vuelo visual, significa que la tripulación es capaz de ver el terreno que sobrevuela, tal como se esperaba que lo hiciera la aeronave en que viajaba Blake.
2.Condiciones meteorológicas; se informa que conforme avanzó el trayecto de vuelo se presentaron capas de nubosidad y falta de visibilidad.
3.Ruta establecida, si los mínimos meteorológicos se cumplen, los pilotos no suelen cambiar sus rutas planeadas para vuelos visuales.
4.Ubicación de impacto es consistente con la ubicación de radar, no hubo alteración.
5.Dispersión de restos en zona reducida y trayectoria de vuelo recto nivelado, permite suponer que el helicóptero se impactó en el suelo.
6.No hay evidencias de daño por explosión o fuego. Aún se deben determinar las condiciones del impacto, pues se han encontrado piezas, a doce grados y la secuencia en la que previsiblemente se desarticuló, por lo que pudo haber tenido contactos múltiples con el terrero; primero contra árboles y hélice, luego contra la tierra y 25 metros después perdió parte del fuselaje.
El capitán informó que la zona presenta una inclinación que va de los siete a los 30 grados de inclinación, con una media de 12 grados. La dispersión de los restos en el terreno describe un probable recorrido de 150 metros lineales, desde el primer impactó de la aeronave hasta la localización de sus últimas piezas.
El primer impactó fue por parte de la hélice contra unos árboles que baja altura y poco grosor. Un poco más adelante se aprecia el sitio de contacto del cuerpo de la nave, un terreno blando y con arbustos donde sólo se aprecia la fragmentación de piezas menores de la parte delantera.
Unos metros más adelante, se aprecia el lugar donde el helicóptero hace contacto y se ocurre el arrastre inicial, sin encontrar obstáculos relevantes. Finalmente, la cola del helicóptero se encontró a unos metros de ese sitio.
Los ductos de entrada de aire, que están localizados en la parte superior del helicóptero incidan que los motores estaban operando a potencia de vuelo de crucero, lo que descarta la posibilidad de se intentara un aterrizaje de emergencia.
En suma, partiendo de la exposición oficial, el vuelo transcurría normalmente hasta que ¡PUM! se lo cargó el payaso.
Me brinca una inquietud: si a primera vista se ha podido montar un escenario tan a modo, por qué necesitamos esperar meses, llamar a especialistas extranjeros y hacerle al enmascarado para concluir que TODO se debió a un accidente, igualito que en otras ocasiones en las cuales, los muertos inquietos fueron apaciguados por la vía del olvido.
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