sábado, 26 de noviembre de 2011

AD: UNHATE BY BENETTON

POR.- RAÚL GÓMEZ MIGUEL

Fincada en el escándalo como vehículo para llamar la atención sobre la marca, la empresa italiana Benetton volvió a desconcertar al mundo con una de sus provocadoras campañas publicitarias.

A través de fotomontajes (firmados por el famoso fotógrafo Oliviero Toscani) hizo ver retratos de diferentes líderes políticos internacionales y adversarios consumados besándose, destacando uno en el que el papa Benedicto XVI se besa en la boca con el imán Ahmed Mohamed el-Tayeb, de la mezquita de Al-Azahar de El Cairo, el más importante y moderado centro de estudios islámico-sunita.

La Iglesia Católica mordió el anzuelo y considero la imagen como irrespetuosa, además que se alarmó de que fuera exhibida muy cerca de Ciudad del Vaticano, lugar que miles de fieles católicos visitan diariamente.

La indignada reacción del Vaticano no se hizo esperar. En un comunicado, la Santa Sede definió como “inaceptable el uso impropio de la imagen del Pontífice, manipulada e instrumentalizada en el marco de una campaña publicitaria con finalidad comercial”.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, subrayó que se “trata de una falta de respeto hacia el Papa, una ofensa de los sentimientos de los fieles, una demostración evidente de cómo en el ámbito de la publicidad se pueden violar las reglas elementales del respeto de las personas para atraer la atención por medio de la provocación”.

Las protestas de la Santa Sede tuvieron un efecto inmediato.

La campaña publicitaria, (Unhate), cuyo mensaje era “un beso para combatir la cultura del odio”, fue retirada la tarde de ayer por la empresa Benetton; por la mañana, había aparecido brevemente en las ciudades de Milán y Roma. También se exhibió en Nueva York, París y Tel Aviv.

“Subrayamos que el sentido de esta campaña era exclusivamente el de combatir la cultura del odio en todas sus formas. Sentimos mucho que la utilización de la imagen del Papa y del imán haya lastimado la sensibilidad de los fieles”, declaró un portavoz de Benetton, quien para confirmar este sentimiento, puntualizó que “hemos decidido, con efecto inmediato, retirar esta imagen de toda publicación”.

Por su cuenta, Abdul Abderraim, un imán de Roma, anunció que en los próximos días presentará una denuncia ante la procuraduría local por difamación y ofensa al sentimiento religioso, según informó su abogada, Lucia Esposito, quien confirmó la voluntad del religioso islámico de presentar la denuncia pese al retiro de la publicidad.

“Esperamos que la autoridad judicial italiana, en pleno respeto de la laicidad del Estado, tome medidas contra tales ataques a las religiones, sean católica, islámica o de cualquier otro credo religioso”, comentó Abderramán.

En Washington, el portavoz Eric Schultz se limitó a señalar que “la Casa Blanca tiene una larga política de desaprobar el uso del nombre del presidente o su imagen con motivos comerciales”.

Y ese tenor anduvieron las reprobaciones de las luminarias políticas aludidas.

Socarronamente, Benetton cumplió el objetivo y la campaña, sea quitada o no, circula por las redes sociales, demostrando que en eso de la tolerancia cada cual la entiende a su manera.

La seriedad institucional mal entendida, a veces, es la mejor aliada para que un mensaje y una reacción específica alcancen el morbo general y, en consecuencia, la retención de la propuesta.

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